Esa mañana Javier "Carnita" Vázquez recibió un recado urgente del presidente municipal Florencio Felipe Solano.
"Chepo" (como le decíamos sus más cercanos) desconocía que comisión le daría o cuál era el asunto que el primer edil quería tratar con el.
Corrían los últimos días del curso escolar, la primera generación de la ETA 106 estaba a punto de salir del horno.
Quien será tu padrino de graduación muchacho? -Le preguntó el presidente a Javier en su despacho-.
-No llevaré señor presidente...
-Como? Me estás diciendo que el alumno más inteligente de la generación, no tendrá padrino? Porque?
-No hay dinero señor...a menos que usted me hiciera el favor de serlo- le contestó "Chepo".
-No yo no puedo serlo porque ya tengo muchos compromisos pero deseo que tú tengas el mejor padrino que será Rubén Echeverría hijo del presidente de la república...Que te parece?
Por supuesto que Javier aceptó gustoso y el día de la clausura de la ETA 106 Echeverría vino a servirle de padrino.
Al pasar dos meses Javier se encontraba estudiando para técnico en taller agropecuario. No se sentía a gusto y emigró a la capital, a pedirle a su padrino Echeverria que lo mandara a Chilpancingo con una recomendación para estudiar la normal: el quería ser maestro.
Ayúdeme padrino, quiero trabajar y estudiar. -le pidió a Echeverría.
Con una carta de recomendación en la mano se encontraba frente al "Tigre de Huitzuco" Rubén Figueroa Figueroa.
- Está bien muchacho, te voy a dar trabajo, pero en cuanto a la normal te recomiendo que te esperes unas semanas. Voy a fundar la nueva normal federal del estado y ahí te voy a dar una matrícula.
-Gracias señor se lo agradezco pero quiero que me hagan el examen, si no lo paso no me de un lugar que no merezca.
-Me gusta tu manera de hablar muchacho, ándale pues.
Así fue como un joven estudioso, humilde y sin recursos salió adelante. Sin duda Javier es un ejemplo a seguir.
Sin tener nada en las manos, supo que con la fuerza de voluntad y el estudio, lo demás es posible.