En el ocaso. El primer ídolo de la afición cruceña, necesita de tu apoyo, Pico está enfermo, si puedes ayúdale paisano.
Era un centro delantero rápido, de mucha velocidad. Poca técnica pero de un futbol pícaro. Iba al choque, le pegaba fuerte al balón. Suplía las carencias técnicas con sus piques a los espacios. No era un Killer, no era quizá el mejor, pero no se puede negar que Virgilio fue el más seguido por la afición.
Finalmente para ser el consentido del público se necesita carisma y Pico tenía eso de sobra. Como delantero era rápido, veloz, incisivo, gritón.
Cuando de pronto en una jugada dentro del área, se escuchaba un !ahhhh...! de Pico fingiendo una falta, también se dejaba escuchar una voz que venía de fuera de la cancha.
-¡Arbitro, te haces... ¿que no ves? ¿acaso estás ciego...? hijo de tu ...¡ya le pegaron a tu padre!- solía gritar el popular Marcos Camarona, (su hermano mayor) que desde fuera del terreno de juego se convertía en su mejor motivador y su mejor porrista.
Pico sabía desesperar a Lito Verde o a cualquier defensa que lo marcara. El árbitro muchas veces impresionado por el grito fingido y los reclamos de Camarona; marcaba el penal.
Las protestas del equipo contrario se dejaban escuchar, el grito de júbilo de la afición cruceña era estentóreo. Todos los chiquillos nos trasladábamos hacía el lado de la cancha donde sería ejecutado el castigo.
Entre el público estaba la chica que Virgilio amaba, era la oportunidad de lucirse, Pico reclamaba el balón para cobrar la falta.
Virgilio manos en jarras, miraba al portero tratando de intimidarlo.
Se escuchaba el silbato ordenando el cobro: Pico se encarreraba para patear el balón, le pegaba y....¡lo mandaba a las nubes!
El ídolo se tiraba al suelo, cubriéndose el rostro con las manos, lloraba de impotencia por fallar; la chica de sus sueños lo había visto. Era una gran oportunidad de impresionarla, pero no metió el gol, había errado su disparo.
Dos veces me tocó ver la misma escena y la misma dramatización . Pico no era el mejor, pero era ídolo de la afición cruceña. No necesitaba ser un crakc para ser el más admirado, cosas del carisma, la gente lo quería. Aunque ese carisma no le alcanzó para conquistar al amor de su vida. (Cheo Juárez)
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