Llegó a la parroquia de La Santa Cruz a mediados de los años 80´s, con la encomienda de terminar la construcción del templo de "La Loma".
Lo vimos cumplir a cabalidad con esa misión que le dio el obispo Rafael Bello Ruíz, desprendiéndose de sotana y casulla. Quiñonez -como le dice cariñosamente su grey-, era uno más de los trabajadores de la magna obra y lo mismo se le veía acarreándo arena y tabiques en una carretilla; que supervisando personalmente el colado de los "arcos- traves", escalando temerariamente las alturas de lo que sería el techo del templo actual junto al "maestro" -primer oficial-, de la construcción. A sus 59 años gozaba de una excelente salud y condición física.
Su notable tesitura de Barítono hacía más solemnes las misas que celebraba. Alguna vez nos contó orgulloso que en su viaje a Roma a conocer al Papa, en una misa pontifical en el Vaticano; el célebre tenor Plácido Domingo entonaba el salmo 23. "Le hice la segunda estando entre la multitud, y no sentí mucha diferencia entre lo que hacía él y lo que puedo hacer yo cantando"-nos comentó sonriendo-. También -al igual que don Emilo Vázquez Jiménez-+, es un inspirado compositor y algunas de sus canciones fueron grabadas por los grupos populares de Cruz Grande. Tal es el caso de "Morena" musicalizada también por don Juan Pavón y grabada en los años 80, por Los Juglares del mismo maestro cruceño.
Hoy, el padre Agustín, que sirvió al pueblo católico de Cruz Grande, llega para despedirse de su parroquia que lo respetó y le quiso. Vayamos a rendirle tributo homenaje a nuestro guía espiritual. Él deseaba con toda el alma, ser sepultado aquí en su parroquia, no será posible pues sus familiares reclaman tenerlo en su tierra natal. Descanse en paz.
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