I.-1975.
Te descubrí en el bullicio de las risas juveniles de aquel refrigerio escolar en nuestra secundaria. Eras una niña que no destacaba por su belleza. Tu figura frágil y tu inseparable sombrero, me llamaron la atención. En nuestra escuela había muchas compañeras guapas que arrancaban los suspiros de todos nosotros. Marilú, Chayo, Felipa, Norma...tu no estabas entre ellas pero yo me enamoré precisamente de ti.
Le hablé a mis amigos de mis pretensiones. Increíble: el niño problema de la escuela, el terrible, el "sin rienda"; estaba enamorado de la niña más callada y seria de la secundaria. No había manera de hablarte, tus inseparables amigas Lety, "La Chaparrita" y Florinda, hacían más difícil que pudiera acercarme a ti. Me quedaba el recurso de pedirte "me aceptaras una carta" y pedí a Gil Orozco "El Chato", tu compañero de grupo te lo dijera. No fue necesario escribirte nada porque días después pude platicar contigo una tarde que salíamos de la escuela.
A mi solicitud de noviazgo, le dijiste "un no", rotundo. Asimilé mi fracaso y ya no insistí, eran los últimos días de noviembre.
Encontré momentáneamente en Isabel, el olvido de aquello que sentía por ti. "La Carreta" -el sobrenombre que le aplicaban mis amigos-, contrastaba con su belleza, Isabel era guapa y aceptó ser mi novia. Disfruté aquel "romance" y junto a mis amigos "El Chato, "El Burro" y Ricardo y sus respectivas novias, (las cuatro de la misma familia), salíamos en grupo a pasear y a divertirnos sanamente nuestros noviazgos cándidos.
Llegó diciembre y el tradicional baile de fin de año en "La Josefa". Isabel y yo pasamos la noche abrazados disque bailando "Nubes Negras" y otras "rolas" con el "Koyuca 2000" que tocaba en la azotea de la escuela primaria.
Todo parecía normal, ya tenía novia y me sentía bien, pero el destino ya tenía escrito que tu serías la compañera de mi vida.
Todo parecía normal, ya tenía novia y me sentía bien, pero el destino ya tenía escrito que tu serías la compañera de mi vida.
Una de tus inseparables amigas, que por suerte también andaba en el evento, observó que todo el baile de fin de año anduve muy acaramelado con Isabel; lo primero que hizo fue comunicarte aquella noticia.
Al regreso de las fiestas decembrinas, el primer día de clases, me habló Letty.
-Dice Tere que si le enseñas a tocar guitarra.- me dijo-. Algo dentro de mi se agitó de una manera especial y en mi, sentí esa sensación que sólo una vez se siente en la vida, dije que sí y por la tarde ya eras mi novia.
1976.
Alguien me habló de tu enfermedad y tu mismo me lo confirmaste pero esquivé el tema y no le di la menor importancia. Fuimos felices y le robábamos tiempo a tu escaso tiempo para pasar dulces momentos que no volverán. Buscábamos el rinconcito más apartado del "Salón Modelo". Finalizaba el curso lectivo y con él se acercaba tu partida, tenías que emigrar a proseguir tus estudios en Chilpancingo. Teníamos que separarnos a escasos meses de empezar nuestro idilio. Sonaba en la sinfonola "Volveré" (con Diego Verdaguer) y los dos llorábamos abrazados.
Tu y yo, ignorábamos cómo iba a terminar todo aquello, ni yo mismo me creía capaz de seguirte, de dejar la escuela e irme a ser tu sombra. Nunca te dije nada porque ni yo mismo lo sabía, pero al momento de que te fuiste a Chilpancingo a estudiar la normal, yo también tomé mi escasa ropa y me fui a la capital del estado, ya no podía vivir sin ti.
Sin dinero y como pude, con ayuda de mi amigo "Carnita" Vázquez, me instalé en su cuarto en una vecindad de San Mateo. Me llevó con doña Eva y le pidió que me aceptara de inquilino. No sabía la anciana la clase de gañan que Javier Vázquez "Carnita" le había llevado de huesped.
Cuando los dueños salían de compras o algún mandado; yo aprovechaba para saltarme el enorme enrejado para robar pan dulce de Chilpancingo y cocacolas de su refrigerador; mientras Daniel León Vargas "Barry White"+, vigilaba en el portón que no fueran a llegar los dueños de la vecindad.
Todos lo sabían, pero todos callaban, porque todos bebían cocacolas bien frías a las doce del día y comían pan dulce. La pareja de ancianos nunca lo notó, ellos tenían dinero y en el fondo todos nos liberábamos del "mea culpa", pues los tratos de Don Saúl y doña Eva, no eran precisamente una "perita en dulce". Javier "Carnita", Pingüino y su esposa, Daniel, "Pepe Mocho" (y todos los vecinos) eran mis cómplices.
Todos lo sabían, pero todos callaban, porque todos bebían cocacolas bien frías a las doce del día y comían pan dulce. La pareja de ancianos nunca lo notó, ellos tenían dinero y en el fondo todos nos liberábamos del "mea culpa", pues los tratos de Don Saúl y doña Eva, no eran precisamente una "perita en dulce". Javier "Carnita", Pingüino y su esposa, Daniel, "Pepe Mocho" (y todos los vecinos) eran mis cómplices.
Ya llevaba un mes en Chilpancingo y la señora que nos daba de comer me requería el pago. Le pedí me aguantara pero Doña Dalia no era un portento de paciencia y un domingo la policía entró por mi al mercado ante la sorpresa de todos, me subió a la patrulla, de ahí me llevaron a la cárcel que había sido penal. A mi tierna edad, caí en aquellas celdas que habían sido penitenciaría y de donde Genaro Vázquez había escapado alguna vez.
Atrás de las rejas empecé a llorar. Un policía se compadeció de mi y me pidió que le dijera si tenía un familiar que pudiera ayudarme. Por fortuna mi prima Araceli, vivía a la vuelta de la calle de la antigua rectoría, muy cerca de ahí. Ella en dos o tres palabras fuertes, hizo que el comandante en turno me dejara libre, amenazando llevar a la prensa pues "un estudiante menor de edad no podía estar detenido por un delito menor", etc.
Lo nuestro seguía "de amor la llama". Eramos inseparables.Iba por ti a la normal, te visitaba en el cuarto que compartías con Chepa y María Esther.
Una tarde de sábado, sucedió lo que tenía que pasar en el cuarto de San Mateo, era el mes de Octubre.
Llegó diciembre y sus festejos, por primera vez viajamos juntos en el mismo autobús con rumbo a Cruz Grande. Una cosa nos preocupaba, tu periodo no llegaba.
Matrimonio y mortaja...
Eran las once de la mañana y yo todavía dormía la borrachera de la noche anterior. Fé, novia del "Chato", entró a mi casa y me despertó.
-Ahí está Tere, dice que la corrieron de su casa y quiere hablar contigo.
Te vi triste pero resignada, no eran los azotes de tu tío Cheche los que te dolían, Tal vez pensabas en tus padres. Te tranquilicé y te propuse cándidamente regresarnos a Chilpancingo ese mismo día, era el 30 de diciembre de 1976. La misma resaca me impedía pensar mejor y tuve miedo que nos vieran salir o subir juntos al autobús. Te pedí salir de noche para que no advirtieran nuestra "huida". Se me ocurrió mientras caía la noche irnos a una casa de una familia que siempre consideré mía, en la salida rumbo a "Las Marías" por la colonia de "Los Muchos".
Al llegar las dos de la tarde, el hambre ya nos atormentaba pero no podíamos salir a comprar pues queríamos partir de incógnitos. Aproveché que Chuy fue a darle "una vuelta" a su casa, (era el más pequeño de los Rafaela, un chamaco menor que yo). Le pedí que me comprara dos ordenes de cecina en "El Restaurant Katy" (hoy "Elenita"), en su propio domicilio. Ingenuamente le solicité que no dijera nada.
Después de llevarnos la comida, todo nuestra vida dio un giro de 360 grados. Chuy ya había dado la notica que corrió como pólvora en mi colonia: "Tito está de novio".
Después de llevarnos la comida, todo nuestra vida dio un giro de 360 grados. Chuy ya había dado la notica que corrió como pólvora en mi colonia: "Tito está de novio".
Eran las 6 de la tarde cuando se apareció mi hermano Oscar. Después de alguna explicación que le di, nos convenció para irnos a nuestra casa. Pasamos la calle Marciana Ramírez ante la vista curiosa de vecinos y amigos. Nos vieron pasar; Los Vázquez, "Los Calecho", los Molina... mi mamá me recibió con una mezcla de preocupación y regocijo. Al instante preparó una comitiva para solicitar "el parecer". Mi padrino "Bolillo" encabezó la embajada.
El patriarca de los Manzanarez, don Moisés ordenó la "reparación del daño". Nuestra boda tendría que ser "ipso facto", porque "el chamaco es muy inquieto" (argumentó). Al día siguiente 31 de diciembre último día de 1976, nos estábamos casando por lo civil.
Mis primos mayores que pensaban estar en la playa ese día se quedaron para acompañarnos: era el primer nieto de Doña Florentina que se casaba.
Con mis familiares más cercanos y la presencia de Don Felipe Gatica, mi padrino de bautizo como testigo de calidad; se celebró nuestra boda amenizada toda aquella tarde-noche por un excelente mariachi.
Esos fueron los días más hermosos de mi vida y nunca lo supe. Contigo todo fue más fácil desde el primer día. Frente a mi madre, con leña hiciste fuego, pusiste "el comal" y en un santiamén estabas haciendo tortillas de mano, esas manos divinas que cocinaban para mi con tanto amor.
Nunca olvidaré la expresión inmediata de mi madre al verte hacer en pocos minutos tortillas y cena.
-¡Es mujer!-dijo y con esas dos palabras me dio su veredicto acerca de ti.
En nuestros primeros años mi amor por ti se mantuvo intacto como lo siguió siendo siempre, sin embargo mis complejos e inseguridad me provocaban celos estúpidos y con eso te hice pasar malos momentos. Todos los matrimonios tienen problemas de una u otra índole; lo difícil es superarlos y continuar intentando una nueva oportunidad. Con otra mujer no lo hubiera logrado,empero contigo viví 42 años y vimos juntos el nacimiento de nuestros nietos. La clave de todo era tu inmenso amor por mi. Siempre me perdonaste y siempre estuve antes que nada en tu vida.
1982.
Tu mal ya había sido tratado por especialistas sin encontrar remedio. Empezaba a a sentir pena al verte caer, pero en ocasiones cuando yo estaba trabajando y te quedabas sola con mis pequeñas Claux y Ely era doblemente peligroso. Una mañana en el corazón del barrio de Tacuba, sufriste uno de esos ataque constantes que traté de ignorar al principio de nuestro matrimonio. Al volver en tí, dejé que te recuperarás y recobraras la conciencia. Sin medir consecuencias te dije en voz baja pues viajábamos en "pesera" con rumbo a nuestra casa.
-Tere. -Te hablé amenazante-. Ya me cansé de tu enfermedad. Si se vuelve a repetir un sólo ataque, será la última vez que me veas: te voy a dejar. ¡Que quede claro! -te repetí nuevamente-, te voy a dejar.
Sólo era un recurso desesperado que manejé en ese momento; en realidad yo siempre te amé y disfrutaba nuestras hijas. Si nunca lo hubiera hecho, quién sabe qué hubiera pasado, pero esas palabras te llegaron a lo más hondo del alma y mi ardid funcionó sin que me hubiera propuesto sanarte de aquella terrible enfermedad. Era tanto el amor que sentiste por mi, que superaste los ataques y jamás en el resto de tu vida volviste a tener uno solo. El amor había hecho el milagro que la ciencia no pudo.
1990.
-"Tiene tres meses de vida, lamentablemente no se puede hacer nada ya". -Dijo el doctor Mariano Manzanarez-.
Otros dos especialistas hicieron el mismo diagnostico y al ver llorar a mis hijos con una seguridad pasmosa nos dijiste frente a uno de los oncólogos.
-¡No lloren!, ¡Y usted doctor no es dios para decir que me voy a morir!
¡Cuanta razón tenías! Después de aquel vaticinio, dios te regaló 28 años más de vida. Hace menos de tres se empezaron a complicar las cosas y tu salud estaba cada vez más afectada. Venciste al cáncer una y otra vez. En dos ocasiones te creí muerta y regresaste a la vida por el inmenso amor a tus hijos y a mi.
¡Cuanta vida diste vieja! Nadie hubiera dicho que de ese frágil cuerpecito, vendrían nuestros hermosos y educados hijos y de ellos nuestros adorables nietos. Todos heredaron tu nobleza.
Me gusta recordarte en aquellos años en que alcanzaste lo mejor de tu belleza física. Subiste de peso y te dejaste crecer el pelo. Tu piel era blanca y estabas hermosa, mi ego se fue por la nubes. Ya tenía a la mujer más bella, a la mejor de todas. Nadie como Tere, no había (ni habrá), otra que la supere en belleza espiritual y por si fuera poco te pusiste muy guapa antes que apareciera en nuestras vidas ese enemigo silencioso y mortal.
2018.
Si me hubieras dicho que era,
Aquel nuestro ultimo beso.
Todavía estaría besándote,
Todavía estaría besándote.
Si me hubieras dicho, que era:
Esa nuestra despedida.
Todavía estaría rogándote
ya no me ahondaras la herida .
"El Último Beso
Joan Sebastían.
2018.
Si me hubieras dicho que era,
Aquel nuestro ultimo beso.
Todavía estaría besándote,
Todavía estaría besándote.
Si me hubieras dicho, que era:
Esa nuestra despedida.
Todavía estaría rogándote
ya no me ahondaras la herida .
"El Último Beso
Joan Sebastían.
"Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido" reza un refrán; pero me queda el orgullo y el consuelo de saber que estuve contigo hasta tus últimos días. El último beso que me diste, encerró el más dulce de todos tus perdones.
-No llores -te dije-, lo vamos a superar como siempre, aquí estoy contigo. Asentiste con la cabeza demostrando esa entereza que a nadie le he conocido. Jamás ningún dolor te hizo proferir alguna queja y tu última tarde consciente te escuché por primera vez un ¡ay, me duele!. En ese momento supe que el final estaba cerca. Hoy, triste y sin ti, doy gracias a dios por haber concedido que después de aquel terrible y devastador diagnostico, te quedaras con nosotros más de 28 años, dando testimonio de tu fe inquebrantable y prodigando amor a tus hijos y a mi; aunque en realidad, de los siete hijos que dios te dio, yo fui el mayor y el consentido.
Gracias vieja, se que tu vas en directo a estar con él, se que estás en la gloria del señor. Desde aquella tarde de 1976 que llegaste a mi casa, mi colonia en el centro del pueblo tuvo un ángel al que todos respetaban y querían. Me sorprendía que hasta los más humildes vendedores de "chácharas" te obsequiaran con sus productos y te rogaban aceptaras comerlos. Te mereces la gloria y seguro estás en ella.
Gracias vieja, se que tu vas en directo a estar con él, se que estás en la gloria del señor. Desde aquella tarde de 1976 que llegaste a mi casa, mi colonia en el centro del pueblo tuvo un ángel al que todos respetaban y querían. Me sorprendía que hasta los más humildes vendedores de "chácharas" te obsequiaran con sus productos y te rogaban aceptaras comerlos. Te mereces la gloria y seguro estás en ella.
Desde la tierra.
Tito.
He cocido su historia de amor, con sus altas y sus bajas como en todas las familias, pero siempre el amor estubo y estará presente. Y ella antes que tú mismo supo cuanto la amabas. Saludos querido Cheo.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarASI ES QUERIDO TIO ELISEO
ResponderEliminarBIEN DICHO POR TI.
Hermosa historia de amor y de lucha.
ResponderEliminarSiento mucho que haya perdido a su esposa, y mi amiga su mami, ahora ella es libre de todo mal.
Gracias Doris.
EliminarMi querido primo,me acabo de enterar de la muy lamentable perdida de tu querida esposa,una gran persona sin duda,tal como lo describes en tu publicación que has denominado "nuestro amor Tere y yo" se que has plasmado en ella lo mas profundo de tu sentir,al leer cada renglón de tu escrito viaje con él en tiempo que también viví,así se construyen y se viven las mas hermosas historias de amor mi querido primo,sin embargo como tu lo sabes,nada es eterno en esta vida,unos viajan primero pero todos tomaremos el mismo camino,se que es irreparable e insustituible la perdida de la prima Tere,en efecto muy bondadosa,respetuosa,cariñosa y atenta con todos,así era tu querida esposa,sencilla de origen, es de las mujeres que formaron una generación que lamentablemente se esta extinguiendo,yo diría que es de las mujeres cruceñas que nunca mueren,es como las gardenias, que después de haber de haber esparcido su aroma de bondad,sus raíces viven por siempre en cada miembro de su familia en todos los que tuvimos la fortuna de conocerla y tratarla, y digo esto mi querido primo,por que ademas de haber conocido a la Primita Tere desde antes de que fuera tu novia,recientemente fui a buscarte con mi hermano Carlos a tu casa,desafortunadamente no estabas,pero tuvimos la fortuna de saludar con mucho afecto a tu esposa y a uno de tus hijos. Recibe mi mas sincero pésame y mi fraterna solidaridad. Un fuerte abrazo. Humberto Manzo Ramirez
ResponderEliminarGracias Primo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTito, recibe mi sentido pésame por la partida de tu esposa Tere. Fui compañero de grupo de Tere en secundaria, en la ETA 106. Por eso me atrevo a expresarte mis condolencias, porque Tere me acuerdo mucho como una de las alumnas muy aplicadas y serias del grupo, eso sí, platicaba de las tareas, de sus tareas escolares, aún más en las clases de ciencias naturales con el profesor Casimiro Castrejón Romero. Saludos desde la Ciudad de México y recibe un abrazo solidario de parte de Eusebio Jijón Pacheco de la comunidad Arroyo Seco (mi apodo en la ETA: Guaracy).
ResponderEliminarGRACIAS AMIGO.
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