En la insaciable sed española por el oro, Hernán Cortés encomendaba misiones que le reportaran yacimientos del metal auréo que "los curaba de aquella confesa enfermedad". Así, sus capitanes bajaron a las tierras sureñas explorando selvas y montañas. Al paso de las tropas invasoras, salían los dueños invariablemente a rendirse; para desdicha de los españoles) no todos estaban dispuestos a entregar así como así, sus tierras, mujeres y honor.
Loa Yopes, raza prehispánica indomable, vendió cara la rendición; ante la llegada de aquellos que llegaban a invadir sin ningún derecho el territorio que ni siquiera los aztecas habían podido dominar completamente.
Los españoles sufrieron innumerables bajas y una y otra vez, pero su ansiedad por el metal los hacía regresar después de las terribles experiencias que habían sufrido; con sacrificios o pieles blancas desolladas. Los Yopes no fueron vencidos por los barbados; ellos tuvieron que acudir una vez mas, a las alianzas entre las mismas etnias que los llevaron a conquistar la gran Tenochtitlán. Finalmente - con la peligrosa resistencia de los reductos Yopes, tierras de Cuautepec, los invasores de la península española, lograron internarse a las montañas de lo que hoy es territorio guerrerense.
En su descenso hacia la hoy región Costa Chica, los mal llamados conquistadores, colocaban a su paso el símbolo de su religión católica. Era generalmente una cruz de madera erigida en lo que consideraban puntos estratégicos de su expedición. Así, a su paso por lo que hoy conocemos como Cruz Grande, fabricaron una cruz mas grande y mas alta que las que habían sido colocadas en otros lugares. Unas vez que fue izado aquel símbolo, aquel paraje en que pernoctaron por algunos días, recibió el nombre de "Paraje de la Cruz Alta". Esta teoría la desarrollamos con base en documentos encontrados en libros y actas que relatan la historia de personajes medulares de nuestra nación como lo fue el generalísimo José María Morelos y Pavón, quien involuntariamente celebra su cumpleaños en lo que seria mucho tiempo después, "La Hacienda de Cruz Grande" y finalmente el pueblo de Cruz Grande, nombre -curiosamente- mas antiguo que el nombre del municipio, llamado inmerecidamente Florencio Villarreal.
Con estos datos, esperamos proporcionar otra visión y óptica a quienes tratan de encontrar el origen del nombre de nuestro poblado. Sin duda, son respetables las leyendas que se manejan en torno a este tema. Nuestro blog, ha indagado y ha encontrado la huella de este nombre. En el archivo general de la nación se encuentran documentos en que nuestro terruño era considerado ya con el símbolo de la Cruz y denominado hacienda. Consta esto en la historia de la solicitud que emitieron Román Mejía y Felipe M. Gatica en 1964, para conocer fechas y datos de la creación de nuestro municipio.
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