Hoy se celebra en Mexico otra fecha más de esas que inventan los comerciantes para hacernos consumir, el “día del padre”, inventada y promovida en Mexico por Televisa. Este día los mexicanos lo celebramos ya como un clásico festejo, sin que -naturalmente- alcance los niveles sentimentales y sacrosantos del día de la madre.
Mi mejor regalo. Sin duda el mejor regalo para los padres por parte de los hijos, no son las cosas materiales sino el éxito que puedan tener ellos en su vida personal. En este sentido he sido afortunado, mis hijos son el mejor regalo que he recibido en la vida.
Claudia.
Mi primer amor. Con la primera ilusión de ser padre, la recibimos un 23 de agosto de 1977, en San Marcos, Guerrero. De una inteligencia sobresaliente, ingresó un año antes a educación preescolar, allá en la colonia “Claveria” en la capital de la República , a solo unos pasos de lo que había sido la casa natal del “Principe de la canción” José José. Sus notas escolares siempre fueron firmadas por el más alto promedio. Fue abanderada de todas sus escuelas incluyendo por supuesto la técnica 13 de Cruz Grande. Se recibió de abogada con mención honorífica y ya casada ascendió rápidamente cuando desempeñó el puesto de jefa de intendencia del CENAR, (centro nacional de atletas de alto rendimiento), donde al momento de su muerte prematura, ya se encontraba en cuarto lugar del organigrama de ese órgano deportivo de nuestro país. A Claudia, le sonría el futuro, estuvo dos veces en Palacio Nacional invitada por Felipe Calderón a la tradicional cena de la noche mexicana. Una tarde de Enero, recibí la más triste de las noticias: mi niña, estaba internada y se le había detectado cáncer terminal. En tres angustiosos meses, la vi morir. Su final, aunque doloroso fue digno de su gran personalidad. Mi hija supo ser previsora y gracias a ello, fue atendida en uno de los hospitales más prestigiados de la cdmx. En nuestro gran dolor, solo nos dedicamos a estar con ella sin preocuparnos de lo más mínimo en cuanto a gastos se refiere. Dejó a su hija - mi nieta- asegurada en su educación y con dos casas. Tenía un gran futuro y Dios se la llevó. Jamás discutí con él su designio. Le lloré mucho y el dolor sigue oculto en mi pecho, pero agradezco al Espíritu Santo el haberme concedido ser su padre.
Eli.
Hoy me manda una postal de Ámsterdam, Holanda. Nacio un año después de Claux, en la casa de Rosita Genchi +, (ahí donde ahora está el Oxxo). Desde pequeña dio muestras de seguir los pasos de Claudia. Ely, era sobresaliente en su escuela y en sus notas no había calificación de “nueves”, su alto promedio le hizo ganar el primer lugar de zona en los concursos escolares de su primaria, secundaria y preparatoria en la universidad americana de Acapulco. A Eli le preocupaba desde sus primeros años, aquella sentencia que les impuse a mis hijos: “aquí no me traigan boletas de calificación que tengan “nueves” de calificación. Bajo esa orden - que yo solo decía por formulismo-, ella cumplió siempre. Como padre de familia jamás acudí a ninguna junta para dar o recibir quejas del comportamiento de mis hijos, esa nunca fue mi preocupación. Sabía que ellos me tenian - y no me arrepiento de eso-, ya que el temor, les forjó un espíritu de sacrificio por conducirse con respeto. A la fecha, todos mis hijos saludan a mis familiares y parientes como “abuelita, abuelito, etc. Son reconocidos por ser respetuosos y educados. Volviendo con Eli, recuerdo aquel amargo día de la clausura de la técnica 13. Como dije, jamás fui a ponerme de acuerdo con el director de la secundaria para que mis hijas se transfirieran la bandera. Claudia era la abanderada saliente y ese año, la dirección de la escuela, cambió la mecánica del concurso decidiendo que a partir de esa terminación fuera el mejor promedio de la escuela, quien recibiera la bandera. Esa lamentable decisión recayó en que Ely, debía recibir la bandera siendo de primer año. Esa determinación de la dirección de la escuela, (no mía, ni de Tere), fue motivo para que la mayoría de la gente dijera que “por ser rica”, estaba mi hija “comprando” la bandera. Ely continuó sus estudios y la vida le ha compensado todos sus esfuerzos. Desde que se fue de Cruz Grande para estudiar, se costeó su educación trabajando al mismo ritmo de sus estudios académicos. Se graduó con todos los honores como diseñadora gráfica por la Universidad Autónoma Metropolitana. Ha logrado llegar a un lugar muy alto dentro del negocio de la publicidad. Ha dirigido a Sebastian Ruli, Miguel Layún, Moises Muñoz, Raúl Jimenez entre muchos famosos más que le reconocen su talento. Sus trabajos se ven a diario en televisión ya sea en comerciales de galletas o pan. Ella me hace sentir orgulloso y -modestia aparte- se qué parte de su ingenio es el legado de su papá ya que el mundo de la comunicación siempre fue una pasion personal. Mi hija Ely viaja constantemente por europa, asia y sudamerica llevando siempre en alto el apellido de sus padres y el orgullo de ser de Cruz Grande, aunque Aquel Cruz Grande, haya dudado alguna vez de su capacidad, ella nunca ha renegado de sus orígenes.
Podría seguir hablando de los maravillosos hijos que tengo, todos son excelentes, Junior es noble, caballeroso y un gran profesor de educación física. Excelente deportista entre muchas más cualidades que tiene, me hacen sentirme satisfecho de su educación. Maury es sobresaliente y tiene también enorme capacidad de trabajo. Vianella, es gruñona pero de un enorme corazón, me ama tanto que da todo por mi, como lo hacen todos mis hijos. Ellos son el mejor regalo que la vida me ha dado y este Día del padre no quiero mas obsequio que seguir teniendo el orgullo de ser su papá.
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