"Aquel Cruz Grande" (D.R.) 2015.

IDEA,DISEÑO,IMÁGENES, TEXTOS Y REALIZACIÓN:
ELISEO JUÁREZ RODRÍGUEZ.
*Queda prohibida cualquier reproducción total o parcial, del material escrito o gráfico, sin el consentimiento de su editor.
*Derechos Registrados (2015). protegidos a favor del autor.

domingo, 17 de marzo de 2019

UN GIGANTE DE LA BALADA. ROBERTO BELESTER.



"Como me gusta recordar aquellas tardes,
con mis amigos de la infancia en la reunión,
en una banca del jardín allá en mi pueblo,
que hoy se llena de nostalgia el corazón"

 "A mis amigos"
 Roberto Belester.



1980.
Conseguir rentar un departamento en el D.F. (hoy cdmx), siempre fue muy complicado, más aún encontrarlo en una zona bien comunicada. Mi cuñada América después de buscarlo tenazmente logró conseguir uno a cinco cuadras del metro Tacuba, justo donde nace la avenida Azcapotzalco.
En poco tiempo la dueña del edificio me dio la confianza de ser su "conserje". Los privilegios -entre otras cosas,  eran tener teléfono de la administración a mi servicio. Yo era quién representaba a la propietaria de aquellos departamentos.

En aquellos años difíciles pero inolvidables; mi hermano Óscar fue con su tío Alejandro Gómez Maganda a solicitarle un empleo en la Secretaría de Turismo, él legendario ex-gobernador lo asignó de ayudante de Guadalupe Gómez Maganda, su hija que era senadora de la república. Ahí conoció a un tipo agradable y trabajador como pocos he visto: su primo Alejandro Gómez Sotelo que era la mano derecha e izquierda de la senadora.
Tin-tín (como lo conocemos sus más cercanos), invitó a Óscar como bienvenida al "Jampell" (en Bolívar y Tacuba). Ahí cantaba Roberto Belester Quevedo Gómez, primo de Alejandro y de Óscar.
Belester era (junto al recientemente desaparecido César de Guatemala , cantautor de "Mi Plegaria", un éxitazo de esos tiempos) estrella del show del concurrido lugar.

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Compartía bohemia y escenario con Belester. Dos veces fue a primavera 56 y tuve el gusto de compartir con él.

Alejandro compartía con Belester y su familia un departamento muy pequeño allá por la colonia Moctezuma, tal vez era muy reducido el espacio para una familia compuesta por tres adultos, dos niñas pequeñas y las constantes visitas familiares que venían de "Los Arenales".
Entre copas se enteraron que Oscar vivía en un departamento cercano al metro Tacuba y que quién administraba el edificio era yo. Se entusiasmaron al saber que había un departamento disponible.
Al día siguiente , cuando casi eran las siete de la noche, tocaron mi puerta con insistencia.
-¡Primo, ya estamos aquí!
Me quedé perplejo, -utilizaría otra palabra, pero esta es más elegante-.
-¿Donde está el departamento que vamos a ocupar? ¡Somos los primos de Óscar!
-Sí...bueno, pero yo no puedo entregarles el departamento así nada más, la dueña es quién autoriza después de la investigación...
-¡No, primo! -me dijo un tipo alto de tez blanca-. No podemos regresarnos, ya estamos aquí, asómate, ahí afuera está el camión de la mudanza con todo y muebles...
Y no sólo era el camión, en su maverik,estaban sus hijas, las pequeñas Wendy y Carmín junto a Ofelia su esposa y Eddy su hermano. Era una situación compleja, mi hermano me había metido en aquella bronca que me iba a costar el puesto de administrador y sus privilegios.
Los llevé hasta el departamento cinco y ellos en cinco minutos ya estaban instalados, se movían con tal soltura en el edificio que parecía que llevaban años viviendo ahí. Los vi bajar, subir, llevando camas, muebles y colocando "diablitos" para tener luz eléctrica.
Al enterarse la dueña que yo había entregado el departamento  fast trak, sin su consentimiento, me quitó el puesto pero gané al conocer a una gran familia: los Gómez del Arenal.
Así, al paso de los meses en ocasiones acompañé a Belester a las casas disqueras cuando llevaba a ofrecer sus composiciones o también a presenciar las grabaciones de Los Freddys o Grupo Indio.
Muchas veces me tocó verlo encerrarse en su cuarto solo y por horas con su guitarra, creando temas.
Pero Belester no sólo es el artista y compositor que admiran muchas personas. Belester es un tipo fuera de serie, un gigante con un corazón amoroso que es capaz de bajarse de su carro para darle su chamarra a una mujer o un indigente que tirite de frío. Yo lo vi hacer eso dos veces.
Una mañana tremendamente fría, a Tere se le ocurrió no hacer caso de irnos al hospital. Junior tocaba insistentemente la puerta de la vida y su mamá quiso hacerlo esperar. Se metió a bañar con dolores y arreglando su ropa con parsimonia no dió importancia a los dolores de parto.
Ante mis regaños por aquella negligencia, Tere me argumentaba que "faltaba mucho". Ibamos bajando las escaleras del edificio cuando me dijo que ya no podía caminar. Le pedí tontamente que esperará, que aguantara a llegar al hospital donde ya habíamos pagado el parto. Avanzamos hasta casi llegar a la puerta de entrada. En la oscuridad del pasillo aquel, antes de llegar a la calle, Junior salió del vientre de su mamá. En la oscuridad alcancé a meter las manos para que no cayera en el frío piso.
Al escuchar mis gritos, bajó el gigante Belester y él tomó entre sus manos a mi hijo, mientras yo cargaba a Tere. En el maverik, llevamos a ambos al hospital a que sólo cortaran el cordón umbilical.
Jamás voy a olvidar la alegría y entusiasmo que mostró "El Torito", (Belester), al darse cuenta de que era un niño el que había nacido.
-Valió la pena, -me dijo-. Él suspiraba por tener un hijo hombre y se le concedió años después.
Hoy estoy aquí en su natal "Arenal de Gómez", donde se le rinde un homenaje. Más tarde el municipio de San Jerónimo hará algo más grande para él en el marco de la feria.
Hay alegría hoy en "Los Arenales", aquí está su hijo predilecto. Todos lo abrazan y cantan sus canciones. Felicidades Bele.

Ya en otras entregas les contaré cómo le presenté a Gabriel Bernal entre otras personas de Cruz Grande con las que trabó gran amistad.
Continuará...






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