Urbano Salado. Quién lo vio jugar no discute que sea el más grande jugador que ha dado nuestro pueblo. El poder de sus cañonazos era incomprable con las dos piernas. Su remate de cabeza era letal. Velóz, fuerte, encarador, hábil, técnico. Fue campeón goleador del torneo decembrino de futbol, con su equipo, el Acapulco. Fue preseleccionado al mundial de Rusia por el serbio Bora Milutinovich. Hoy radica en la unión americana y cuando viene a su pueblo de vacaciones, camina de manera anónima como cualquier cruceño. Pocos saben que fue el primer futbolista cruceño que fue codiciado por Pumas y otros equipos. Pocos saben que "El Heraldo de México" (diario influyente de los años 70, le dedicaba planas completas en su sección deportiva dirigida por Teodoro Cano). Fue el Campeón goleador del "Torneo de los Barrios" cuna de grandes futbolistas mexicanos como el gran Cristóbal Ortega por sólo citar un ejemplo. Admirado por la gente del ambiente futbolístico profesional de su época; es anónimo en su pueblo, pero indiscutiblemente es alguien que puso el nombre de Cruz Grande en lo más alto en los años 80´s.
La última vez que lo vi actuar profesionalmente fue en el estadio metropolitano de Netzahualcóyotl. Los aficionados nezatlenses se le rendían y coreaban su nombre, cada vez que el cruceño tocaba el balón dentro del área rival.
Nunca pasó por mi mente irlo a ver jugar esa tarde. Me encontraba en la capital de visita y al aceptar la invitación a comer de Ángel González González "Coca" (descubridor de Cuauhtémoc Blanco), en el restaurant de mariscos "La Costa de San Juan", me pidió lo acompañara a ver ese partido. Con nosotros iba el presidente del Galicia de Segunda división. Al medio tiempo bajamos del palco del equipo a los vestidores del Coyotes.
Urbano nunca esperó verme ahí. Sorprendido me saludo con un ¡qué pasó Joe! Ángel González también estaba sorprendido -¿Salado, conoces a este cabrón? -le preguntó ¡Claro wey, si es mi paisano! -contestó Urbano Salado. |
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