"Aquel Cruz Grande" (D.R.) 2015.

IDEA,DISEÑO,IMÁGENES, TEXTOS Y REALIZACIÓN:
ELISEO JUÁREZ RODRÍGUEZ.
*Queda prohibida cualquier reproducción total o parcial, del material escrito o gráfico, sin el consentimiento de su editor.
*Derechos Registrados (2015). protegidos a favor del autor.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Don Armando Rafaela Delgado. Creador de las míticas máscaras del "Tigre y el Terrón".


Después de un año de la aparición de la virgen de Guadalupe en la casa de la familia Salgado (1955). Armando Rafaela Delgado "Más me amarras", sufrió una enfermedad que lo postró por algunas semanas. 
En su lecho de enfermo, lo acompañaban los cuidados de su madre doña Gudelia y su inquebrantable fe en la "morenita del Tepeyac". Fervientemente se puso en manos de la Guadalupana y secretamente le prometió elaborar las máscaras de los protagonistas de "Los Tlaminques" (nombre original de la danza de "Los pajaritos").  En  Aquel Cruz Grande, esta fue modificado por la mayordoma Doña Apolonia Rodríguez Vda de Salgado; tanto en el vestuario de los danzantes como en la coreografía. 
Armando, contribuyó en gran medida a qué nuestro máximo festejo fuera más cruceño, al diseñar unas máscaras diferentes a las que conocemos en otras partes. "El tigre de Apolonia",  como suele decirle el cruceño, tiene (a nuestro entender) rasgos místicos humanoides que el popular "más me.amarras" imprimió a la madera del entorno bucólico cruceño. Pero quizá la máscara más celebrada por todos nosotros los nativos de este peculiar girón de la costa, es la máscara del 'Terrón".
Es una constante referencia humorística, comparar la fealdad o poca gracia del rostro varonil cruceño, con la obra genial de don Armando Rafaela. 
En ocasión de un aniversario más del acontecimiento más recordado por todos los nacidos en Cruz Grande, Gro, el Blog recuerda y reconoce al creador de las máscaras que son emblema no solo de nuestro festejo; sino de nuestra identidad cruceña. 
Gracias Armando, tu te ganaste la gloria porque, los cruceños llevamos tatuadas en el corazón los símbolos de el día 19 de diciembre; cuándo aún sin poder estar físicamente en el festejo, espiritualmente participan todos  los nacidos en Cruz Grande, Guerrero. 

martes, 19 de noviembre de 2019











Sociales del blog... Boda de Damaris y Óscar. Sábado 16 de noviembre de 2019

Justo unos minutos antes de las 7.00 p.m. hace su arribo al templo de la Santa Cruz el novio Óscar De la Rosa, acompañado de sus padres. Lo recibe el párroco Daniel en la entrada del santuario.

Tomada de la mano de su señor Padre el Sr. Luviano y de su tío Daniel Bonilla, aparece radiante y bella Damaris. Atrás de ellos su tía María Rodríguez.

Rumbo al altar. Del brazo siempre amoroso de papá Luviano. Damaris luce feliz.


Entrega. Ante la presencia de dios y de los asistentes a la ceremonia religiosa, el señor Luviano acompañado por Daniel hacen entrega a Óscar de su ahora esposa.


Antes de hacer entregar a la novia, el papá dijo algunas breves palabras a Óscar. Atrás todos atentos a la escena.


Llegó el momento...

Sólo falta decir que sí...

Listos para el ritual.
Feliz pareja. 


¿Aceptas por esposa...?


El "sí acepto".



Desposados. Ya son marido y mujer.

Promesas de amor. Que así sea.

¡Que vivan los novios!

lunes, 11 de noviembre de 2019

AQUEL CRUZ GRANDE...DE LA PARTIDA MILITAR EN "LA LOMA" AL 48 BATALLÓN DE INFANTERÍA.

Soldados destacamentados en Cruz Grande en 1966. Al fondo se aprecia "el cuartel" que muchos años después sirvió como aula de "la preparatoria". Ahí se encontraba "la partida militar" y atrás de ella vivían las familias de los soldados. Eran los años 60.


"LA PARTIDA MILITAR"

Sin duda la historia de nuestro querido Cruz Grande tiene un cambio muy importante y significativo al llegar en 1970 el 48 batallón de infantería. No se puede hablar del desarrollo de Cruz Grande sin aceptar un antes y un después de la llegada de los militares. Al llegar los años 60 se construye lo que conocíamos como "el cuartel", que se ubicaba en los terrenos que actualmente ocupa la preparatoria número 40.  El número de efectivos castrenses era no mayor a los 20 elementos. Se les veía realizar actividades de capacitación de conscriptos y "rondines" discretos. Al caer la tarde, bajaban algunos soldados a jugar basquetbol a la cancha deportiva donde ahora se localiza el jardín central. Aquellos soldados solteros también tomaban sus alimentos en el "Restaurante Katy" (hoy "Elenita"). 

ASÍ LLEGÓ EL 48 BATALLÓN.
Antes de terminar el año de 1969, se conoce la noticia: Don Felipe Gatica logra convencer al gobierno federal para que Cruz Grande, fuera sede definitiva del 48 batallón de infantería, honor que se disputó con "El Bello Nido" (Ometepec) y San Marcos, este último tuvo en sus propios ciudadanos una férrea oposición a albergar al brazo castrense argumentando que si llegaban los militares a ocupar sus terrenos también se quedarían con las muchachas más hermosas del pueblo. Sea cual fuere la verdad del motivo para elegir la sede del 48 batallón, a nuestro entender Cruz Grande fue seleccionado por su ubicación táctica ya que es crucero y paso obligado hacia el estado de Oaxaca y viceversa. 

"LA CIUDAD MILITAR".
Al empezar la construcción de lo que sería lo que hoy conocemos como "colonia militar" y las mismas instalaciones del batallón; llegan a Aquel Cruz Grande, ingenieros militares y un contingente de constructores denominados "los zapadores". Con la llegada de estos últimos se hizo necesario buscar un lugar que albergara a la avanzada del referido batallón, esta nueva sede fue una casona ubicada atrás de la cárcel municipal propiedad de doña Juana Méndez madre de nuestra conocida "Chana Méndez". Esta propiedad pasó después a manos del profesor Herminio Basave, actualmente es un estacionamiento propiedad del extinto Margarito Genchi. Pero volviendo a la historia de la llegada del 48 batallón;  después de que se construyen las instalaciones y la colonia militar, llega a Cruz Grande el primer banco. La nómina de más de 800 militares necesitaban el respaldo de una institución crediticia, este primer banco se denominó "Banco Mexicano del Sur" y su edificio se construyó casi al mismo tiempo que se edificaban las instalaciones militares. Recordamos a la primera "plantilla" laboral de ese banco, era: Don Salomón Gutiérrez, (Gerente) Mariano Campos Quiterio (Cajero) Humberta Gatica, María Esther de la Rosa (Secretarias) Bertha Manzanarez (Auxiliar ejecutiva) y Pablo Vázquez (intendencia).

"LOS PIONEROS".
Con el 48 batallón llegaron a nuestro pueblo soldados que con el tiempo se quedarían para siempre en nuestra tierra. A una gran parte de ellos se les asignó terrenos aledaños al mismo batallón. A esos terrenos tal vez "ociosos", la gente los denominaba "Los Pocitos". Es de resaltar que muchas familias que llegaron en ese entonces, se arraigaron tanto en nuestro terruño que nos sorprende que manifiesten más apego y cariño a Cruz Grande, que muchos de los que nacimos aquí.
No terminaríamos de mencionar a tantos militares retirados que llegaron del estado de Oaxaca y otros lugares de la república, pero si podemos nombrar a "Clemente", (peluquero) Marroquín (panadero) "Canchola" y muchos ex-soldados que la gente de Cruz Grande les brindó cariño de hermanos. (Continuará)

lunes, 28 de octubre de 2019

"Las increíbles aventuras de Cheócrates".


"Yo he rodado de allá para acá,
fui de todo y sin medida"

Mi Vida.
Manuel Alejandro.

En 1978, viviendo en primavera 56, cerquita de la preciosa avenida Azcapotzalco, acompañaba a mi hermana Elizabeth a probar fortuna con sus canciones, de hecho ella ganó el segundo lugar en un programa de concurso que conducía Sergio Corona, denominado "Buscando al interprete de Armando Manzanero". Un día de estos le solicito me preste las fotos de aquella final, televisada por canal dos hoy "las estrellas". Muchos años después mi hermana grabó con Friends Show una balada de Nazario Damián que fue un éxito en "Aquel Cruz Grande". Esa balada la volvió a grabar Copallysm, se llama "Ilusiones".
Es realmente triste que en aquellos años no existieran los dispositivos móviles con cámara, seguro hubiera registrado cada momento inolvidable de mi vida.
Cada vez que asistíamos a televisa en busca de una oportunidad para que fuera escuchada con su guitarra, yo aprovechaba para ir a recorrer los pasillos.
No era muy difícil entrar a los estudios de esa empresa pues nuestro paisano y amigo Marco Antonio Villamar trabajaba en televisa de hecho en aquella final, en pleno programa tuvo la gentileza de ir por unos cruceños que vivían con él, ahí cerquita en la -hoy célebre-, colonia Roma para que le echaran porras a Ely.
Como decía, mientras buscábamos quién escuchara sus canciones, yo andaba de curioso por los estudios y una tarde de repente me encontré haciendo un "casting" para acompañar a Flavio (el popular comediante que utilizaba una libreta para decir chistes). Ahí conocí a quién hoy hace el papel de Huarachín que junto conmigo hizo pruebas para trabajar como patiño de Flavio.
Finalmente el y yo pasamos la prueba. Si, trabaje dos programas de Radio con él y después dejé de ir. No me gustaba el carácter del cómico que era prepotente y hosco. Sólo se le veía sonreír al entrar al aire.
En una visita de esas a la XEW, donde se hacía el programa de Flavio, me llamó la atención un programa de concursos llamado "Me hubiera gustado ser" que conducía Lupita Oláiz. Este divertido programa se llevaba a cabo en el estudio "Azul y Oro" de la legendaria radiodifusora.
La mecánica del concurso se basaba en preguntas y respuestas al estilo de "el gran premio de los 64 mil pesos" de Pedro Ferriz que pasaba en televisión. Al salir del estudio, emocionado por ver que el premio era una buena lana, vi que en un mostrador una señorita invitaba al publico a participar e inscribirse.
Sin pensarlo, de pronto, me encontré frente a ella que me preguntaba mis datos generales. Al terminar de decírselos dudé para indicar el tema de mi participación pero en el instante reaccioné. Sabía que tenía posibilidades reales de ganar en un tema que se que domino y le dije con seguridad. "Historia de los mundiales de fútbol".
Pasaron unas semanas y hasta se me había olvidado que estaba inscrito en lista de espera para participar en el programa.
Una mañana me habló el conserje Don Mario para pasarme la llamada de la producción del programa. Quedé frío de la emoción pero la adrenalina me empujó a buscar prepararme desde ese momento. Las dos semanas que me dieron para prepararme las pasé en los archivos de "esto" en la colonia San Rafael y en las oficinas de una revista llamada "Balón" en la colonia Anzures.
Llegó el día, más bien la tarde del concurso, me acompañaron mis hermanos Óscar y Ely que se sentaron en primera fila del estudio que estaba repleto. En el departamento se quedó mi mamá con Tere y los niños, para escucharlo por radio.
Como suele suceder los conductores de los programas de concurso suelen sobrepasarse con los ingenuos participantes para hacer "más divertido" el programa. Lupita Oláiz hacía algo de eso con los dos participantes que me precedieron que no lograron ganar en sus participaciones. Eso me había dejado el monto del premio bastante atractivo: Eran tres mil pesotes de aquellos que a cualquiera le iban a caer de perlas.
Llegó el momento de mi participación y después de presentarme y medio cotorrearme la guapa Lupita me soltó la primera pregunta que me inquiría sobre la actuación de la selección mexicana en el mundial de Chile 62. Contesté correctamente y el publico expectante intuyó que sí sabía y aplaudió emocionado.
Las siguientes preguntas eran "pan comido" para mi. Iba respondiendo con seguridad y hasta aportaba datos extras que la conductora resaltó.
Desde la primera fila escuché a mi hermano gritar que me preguntaran más, presumiendo que lo sabía todo acerca del futbol.
Esa tarde fue inolvidable para mi, me llevé todo el dinero que se había acumulado durante semanas.
Regresé con mis hermanos emocionado con tres mil pesos en mi bolsa.
Gratos recuerdos de mis 22 años. Hoy a mis 62,los comparto con ustedes amigos del facebook.

viernes, 16 de agosto de 2019

Historias del fútbol cruceño...”BENITO PARDO”.

Después de Rodolfo Gallegos "Músico", ningún portero fue tan querido y admirado por Aquel Cruz Grande. "Benito Pardo", cuyo verdadero nombre es Benito Casiano Lorenzo fue un adelantado a su época. Tocaba el balón y salía jugando con los piés. Un estilo de juego que ni en el futbol profesional se veía todavía.  Fue nuestro gran amigo Chuy Rafaela, quien lo bautizó como "Benito Pardo" en honor al hispano de ese nombre, que jugaba en el Atlético Español.

A principios de los años 80, se destacaba en el arco del campeón "Benfica". Era un niño de 14 años que mostraba cosas fuera de lo común bajo la portería; (los que lo vieron no me dejarán mentir).

Benito Casiano Lorenzo era un adelantado a su época. Aún sin tener siquiera quién le dijera cómo debía trabajar bajo el arco, Benito jugaba su área como un líbero y tenía buen juego con los pies.
No era como todos los porteros de ese tiempo; el chamaco poseía una idea diferente y un estilo de juego que en esos años todavía no se conocía. Sin saberlo se estaba adelantando a muchos que después brillaron en el futbol profesional.

Todos lo admirábamos por su valentía y arrojo, por su serenidad bajo la portería. En Aquel Cruz Grande, Benito "Pardo" ya tenía un reconocimiento de parte de la afición cruceña.

Fue el más grande de todos los futbolistas cruceños el que lo animó a ir a pumas a probar suerte en el futbol profesional.
Javier Rafaela Delgado "Colo" le prometió una prueba en el conjunto del pedregal, su amistad con Mario Velarde podía ayudar a Benito a conseguir llegar a jugar profesionalmente.

Una tarde tomé una maleta pequeña y me fui con Everth Villalobos a la capital de la república a perseguir mi sueño. "Colo" me alcanzaría allá, dos días después.
Llegamos a C.U. y al entrar encontramos a Hugo Sánchez, (quien aún no era titular con los pumas). "Colo" le preguntó por Mario Velarde, el futuro pentapichichi nos dijo que estaba en las regaderas.

Fuimos hasta donde se duchaban todos los jugadores en un baño general, el mismo Mario Velarde "en pelotas" (como todos los que estaban bañándose) nos recibió y después de saludarnos a Javier y mi, sin más me mandó con Genaro Bermúdez. Al día siguiente ya estaba entrenando con las fuerzas básicas.

Una promesa del futbol que no pudo ser. "Para mi el mejor jugador que vieron mis ojos fue , Urbano Salado Alcindo, después de él, quiénes brillaban eran Pedro De La Rosa y Orlando Carmona".
Todo se dio rápidamente y en dos meses me encontraba a "tiro de piedra" de la portería del primer equipo, sólo detrás del portero Espinoza (titular) y Olaf Heredia. 
Los ejercicios y el trabajo duro de los entrenamientos eran extenuantes. Aunque me faltaba el apoyo económico para alimentarme mejor, no dejaba caer el ánimo, sabía que sí iba a triunfar; así me lo decían mis entrenadores. "Aunque eres muy joven y tienes que trabajar más, si sigues así vas a llegar", (me animaban).

Llegó la semana santa y me dieron tres días de vacaciones, debía reportarme rápidamente. El destino me tenía otro camino. Mis padres que no sabían nada del futbol, temieron que sólo me fueran a fracturar un pie o una mano y me exigieron que ya no saliera de la casa. "Toma el machete y vamos a trabajar, eso es lo que debemos hacer" -me dijo seriamente mi padre-.

Así, de tajo, se derrumbaron los sueños de quien pudo llegar a ser una figura de la portería de pumas. Estaba escrito que si no llegaba "Benito Pardo", iba a ser otro guerrerense el dueño de esa portería y fue -como todos saben-, Jorge Campos.

Benito sabe que pudo llegar y que si no lo hizo fue por obedecer el mandato de sus padres. Disciplinado, serio, trabajador callado como siempre fue, se le ve muy temprano montado en su caballo a seguir la orden de su finado papá, que es cultivar el campo; aunque ese no era su sueño.
Benito trabaja con mucho cariño y todas las tardes cayendo el sol se le ve llegar a su casa, contento porque al final es un hombre de bien, querido y respetado por sus amigos. Los que sabemos su historia lo seguiremos admirando por aquellas actuaciones bajo la portería y por su ejemplar vida ciudadana.

(Chéocrates)




lunes, 15 de julio de 2019

COLORES Y SABORES DE AQUEL CRUZ GRANDE...

UNA HISTORIA DE SABOR.
QUESO DE PRENSA "MANZANAREZ".

...Y el abuelo un día
lloró bajo el árbol
que al fin florecía,
lloró de alegría
cuando vio sus manos,
que un poco más viejas
no estaban vacías.

"El Abuelo" 
Alberto Cortés.


Don Román Manzanarez.
El primero del actual clan familiar de los Manzanarez fue quien elaboró por vez primera el delicioso queso de prensa que a lo largo de los años se hizo famoso. Don Román Manzanarez no se llevó el secreto a la tumba, por el contrario; enseñó a todos sus hijos a fabricar en prensas de madera ese queso que ha conquistado el paladar de lo gourmets más exigentes.

Las prensas de madera. Aqui se fabrica el sabor.

Raíces.
Desde Tepecuacuilco, Gro, llegó Román a la Costa Chica. Después de deambular por algunos barrios y comunidades, se instaló en los terrenos que hoy conocemos como "Rancho de los Manzanarez".
Ahí muy probablemente le nacieron quiénes terminaron de consolidar sus deseos de progreso.

Al morir Román fue su hijo mayor el patriarca Moisés, (respetado como un padre por sus hermanos), Tigrio, Vicente, Elisa y Félix, conocedor de la "receta secreta" del queso de prensa, no dejó de fabricar aquella delicia que ganaba cada vez mas fama en la región de la Costa Chica.

 Querido Moy.
"Moy" era en los años 70. símbolo e ícono de la ganadería de la región. En la exposiciones ganaderas los Manzanarez competían no sólo decorosamente, sino que lo hacían con ejemplares bovinos que despertaban la admiración de los más ricos ganaderos de la Costa Chica. Se sabía que los Manzanarez habían perdido ya el número exacto de cabezas de ganado que poseían. Eran ellos prototipo del ranchero acaudalado. Los lujosos carros y camionetas pick- up que transitaban por las calles solitarias de Aquel Cruz Grande, no podían ser más que de los hermanos Manzanarez.

Lo artesanal sigue siendo lo mejor.

"Asi mascaba la iguana"
En el ámbito político local, los candidatos a presidente municipal, antes de aspirar siquiera a competir por la silla de alcalde, buscaban la manera de ser recibidos por Moisés Manzanarez en su rancho que por cierto se encuentra fuera del municipio de Florencio Villareal. Si lograban llegar a besarle la mano a Moy y recibían su bendición, lo demás era "pan comido". Moy recibía la visita de políticos y personajes influyentes y más aún, gozaba de la amistad de los gobernadores en turno.

Pero volvamos al espíritu de nuestra nota evocadora del sabor. 
Decíamos que don Moisés y sus hermanos elaboraban cada uno de ellos y con una admirable similitud en la calidad y sabor el queso de prensa, tal como si cada uno de ellos tuviera un instructivo culinario el cual seguían al pié de la letra. Las cuatro casas principales del mítico rancho, vendían ese exquisito producto y la satisfacción de los comensales era siempre la misma, un éxito total.

Saudades.
Ha pasado mucha agua bajo el puente de "Las Marías", aquellas legendarias figuras que le dieron vida al rancho de los Manzanarez no existen más. Se extraña la presencia de Moy el patriarca, de Tigrio el ocurrente y simpático, de Vicente y la señorita Elisa. Vemos casas tristes que un día prodigaban vida y movimiento. Quedó sólo el recuerdo de quiénes los admiramos y de una u otra forma los respetamos, pero eso sí, los grandes no mueren y ellos vivirán en el recuerdo de sus obras, ya son leyenda como el sabor del queso de prensa.

En 24 horas se fabrica el delicioso queso "Manzanarez".

Continua la tradición y el sabor.
Actualmente son varios los fabricantes de aquel queso que elaboraban los grandes Manzanarez. Hemos probado todos los que producen los descendientes de ese clan y (dicho con todo respeto), nos encontramos que todos son deliciosos, pero el único que parece haber guardado "la receta secreta" es  Aurelio Manzanarez Lozano; que radica precisamente en el viejo rancho. "El Toro" como le conocen sus amigos, mantiene la calidad y el sabor original de este delicioso queso. 

Otra delicia. Aunque el queso fresco es más popular, son muchas las familias en Cruz Grande que lo elaboran exitosamente. En casa de Aurelio Manzanarez Lozano también se fabrica. Aquí la cámara capta a Adriana en plena labor.

Clientes Vips.
La fama que logró esta delicia láctea, sigue provocando que grandes personalidades de la política y famosos se detengan en el Rancho de Los Manzanarez para comprar (en gran número) piezas enteras del delicioso queso marca Manzanarez. Tal como lo hicieron Rubén Figueroa, Alejandro Cervantes Delgado, Ángel Aguirre o como lo hace actualmente el comendiante "Tico Mendoza" y otros.

El Blog... en su búsqueda y afán de ponderar lo mejor de lo nuestro, ya les ha relatado la historia de otras personas que nos han deleitado con sus productos, tal es el caso de Doña Tomasa, su chorizo y carne enchilada. Sin interés más que de llevar añoranzas y recuerdos que nos mantengan unidos, hoy no rendimos ante el delicioso sabor del queso de prensa Manzanarez.

Con Cariño para ti Moy. 
Gracias por los recuerdos.
Tito.



domingo, 17 de marzo de 2019

UN GIGANTE DE LA BALADA. ROBERTO BELESTER.



"Como me gusta recordar aquellas tardes,
con mis amigos de la infancia en la reunión,
en una banca del jardín allá en mi pueblo,
que hoy se llena de nostalgia el corazón"

 "A mis amigos"
 Roberto Belester.



1980.
Conseguir rentar un departamento en el D.F. (hoy cdmx), siempre fue muy complicado, más aún encontrarlo en una zona bien comunicada. Mi cuñada América después de buscarlo tenazmente logró conseguir uno a cinco cuadras del metro Tacuba, justo donde nace la avenida Azcapotzalco.
En poco tiempo la dueña del edificio me dio la confianza de ser su "conserje". Los privilegios -entre otras cosas,  eran tener teléfono de la administración a mi servicio. Yo era quién representaba a la propietaria de aquellos departamentos.

En aquellos años difíciles pero inolvidables; mi hermano Óscar fue con su tío Alejandro Gómez Maganda a solicitarle un empleo en la Secretaría de Turismo, él legendario ex-gobernador lo asignó de ayudante de Guadalupe Gómez Maganda, su hija que era senadora de la república. Ahí conoció a un tipo agradable y trabajador como pocos he visto: su primo Alejandro Gómez Sotelo que era la mano derecha e izquierda de la senadora.
Tin-tín (como lo conocemos sus más cercanos), invitó a Óscar como bienvenida al "Jampell" (en Bolívar y Tacuba). Ahí cantaba Roberto Belester Quevedo Gómez, primo de Alejandro y de Óscar.
Belester era (junto al recientemente desaparecido César de Guatemala , cantautor de "Mi Plegaria", un éxitazo de esos tiempos) estrella del show del concurrido lugar.

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Compartía bohemia y escenario con Belester. Dos veces fue a primavera 56 y tuve el gusto de compartir con él.

Alejandro compartía con Belester y su familia un departamento muy pequeño allá por la colonia Moctezuma, tal vez era muy reducido el espacio para una familia compuesta por tres adultos, dos niñas pequeñas y las constantes visitas familiares que venían de "Los Arenales".
Entre copas se enteraron que Oscar vivía en un departamento cercano al metro Tacuba y que quién administraba el edificio era yo. Se entusiasmaron al saber que había un departamento disponible.
Al día siguiente , cuando casi eran las siete de la noche, tocaron mi puerta con insistencia.
-¡Primo, ya estamos aquí!
Me quedé perplejo, -utilizaría otra palabra, pero esta es más elegante-.
-¿Donde está el departamento que vamos a ocupar? ¡Somos los primos de Óscar!
-Sí...bueno, pero yo no puedo entregarles el departamento así nada más, la dueña es quién autoriza después de la investigación...
-¡No, primo! -me dijo un tipo alto de tez blanca-. No podemos regresarnos, ya estamos aquí, asómate, ahí afuera está el camión de la mudanza con todo y muebles...
Y no sólo era el camión, en su maverik,estaban sus hijas, las pequeñas Wendy y Carmín junto a Ofelia su esposa y Eddy su hermano. Era una situación compleja, mi hermano me había metido en aquella bronca que me iba a costar el puesto de administrador y sus privilegios.
Los llevé hasta el departamento cinco y ellos en cinco minutos ya estaban instalados, se movían con tal soltura en el edificio que parecía que llevaban años viviendo ahí. Los vi bajar, subir, llevando camas, muebles y colocando "diablitos" para tener luz eléctrica.
Al enterarse la dueña que yo había entregado el departamento  fast trak, sin su consentimiento, me quitó el puesto pero gané al conocer a una gran familia: los Gómez del Arenal.
Así, al paso de los meses en ocasiones acompañé a Belester a las casas disqueras cuando llevaba a ofrecer sus composiciones o también a presenciar las grabaciones de Los Freddys o Grupo Indio.
Muchas veces me tocó verlo encerrarse en su cuarto solo y por horas con su guitarra, creando temas.
Pero Belester no sólo es el artista y compositor que admiran muchas personas. Belester es un tipo fuera de serie, un gigante con un corazón amoroso que es capaz de bajarse de su carro para darle su chamarra a una mujer o un indigente que tirite de frío. Yo lo vi hacer eso dos veces.
Una mañana tremendamente fría, a Tere se le ocurrió no hacer caso de irnos al hospital. Junior tocaba insistentemente la puerta de la vida y su mamá quiso hacerlo esperar. Se metió a bañar con dolores y arreglando su ropa con parsimonia no dió importancia a los dolores de parto.
Ante mis regaños por aquella negligencia, Tere me argumentaba que "faltaba mucho". Ibamos bajando las escaleras del edificio cuando me dijo que ya no podía caminar. Le pedí tontamente que esperará, que aguantara a llegar al hospital donde ya habíamos pagado el parto. Avanzamos hasta casi llegar a la puerta de entrada. En la oscuridad del pasillo aquel, antes de llegar a la calle, Junior salió del vientre de su mamá. En la oscuridad alcancé a meter las manos para que no cayera en el frío piso.
Al escuchar mis gritos, bajó el gigante Belester y él tomó entre sus manos a mi hijo, mientras yo cargaba a Tere. En el maverik, llevamos a ambos al hospital a que sólo cortaran el cordón umbilical.
Jamás voy a olvidar la alegría y entusiasmo que mostró "El Torito", (Belester), al darse cuenta de que era un niño el que había nacido.
-Valió la pena, -me dijo-. Él suspiraba por tener un hijo hombre y se le concedió años después.
Hoy estoy aquí en su natal "Arenal de Gómez", donde se le rinde un homenaje. Más tarde el municipio de San Jerónimo hará algo más grande para él en el marco de la feria.
Hay alegría hoy en "Los Arenales", aquí está su hijo predilecto. Todos lo abrazan y cantan sus canciones. Felicidades Bele.

Ya en otras entregas les contaré cómo le presenté a Gabriel Bernal entre otras personas de Cruz Grande con las que trabó gran amistad.
Continuará...






martes, 12 de marzo de 2019

¡MÚSICA MAESTRO!

"Chema y su Talento del Pueblo"
¡Al rescate de la música de "Los Lacos"!
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Grata sorpresa musical tiene para sus admiradores, José María Salomé Mora, "Chema", al incluir en su nuevo material discográfico una de las canciones más exitosas (a nivel región); del otrora popular grupo sexagenario "Hermanos Molina", mejor conocidos como "Los Lacos". Hablamos nada más y nada menos que de la composición de Antonio Molina Gallardo "Admiración de la Gente".
El famoso Chema. El hombre de la voz tropical que nos hizo bailar con sus grabaciones con la "La Luz Roja", se consolida como uno de los consentidos en todos los grandes eventos, ferias y bailes populares y para festejarlo con su público, rescata la inolvidable canción compuesta por Toño Molina. El blog, le desea el mejor de los éxitos.

Mano a mano con Chema.

ACG.-¿Cómo ves el momento musical de los grupos de la región? 

Chema.- Muy bueno, es un hermoso momento. Hay producción discográfica con temas propios, pero las estaciones de radio se niegan a promocionarnos, (lamentablemente). Con esa política (de sólo programar la música del norte), nos quitan la posibilidad de crecer y de que más gente conozca nuestra obra musical.

ACG.- ¿Los teclados, le quitan contratos de actuaciones a los grandes grupos?

-Chema. ¡No! Ellos siempre han existido. Para fiestas importantes y eventos más formales la gente prefiere a los grupos. Ellos también tienen su "pegue" pero en pequeños eventos. El sol sale para todos.

ACG.- ¿Para ti, quienes dominan el escenario musical de la región?

Chema. Sin duda, "Bertín Gómez y su Condesa", "LDS" (Los del sabor) y después de ellos estamos nosotros, "Chema y su talento del pueblo".

ACG.- ¿Qué género musical prefieres?

Chema. La cumbia y la tecnobanda.

ACG.-¿Qué le dirías a el público cruceño?

Chema. Nada más que darles las gracias y bendiciones por tanto amor y cariño que nos han dado. No tenemos con qué pagarles su apoyo.   

(Cheo)

viernes, 8 de marzo de 2019

FLOR DE HIBISCO. ALZA Y CAÍDA DE LA JAMAICA GUERRERENSE.

Años 50. Hermosa foto de "Aquel Cruz Grande", tomada en que lo parece, es la casa de Doña Mariana Flores+. Al parecer, se trata de un bautizo. En ella puedo reconocer a algunas personas como Doña María de Jesús Armenta y Leova Molina+. También veo a mi madre en sus años de juventud. Si fueramos menos egoístas y compartieramos este tipo de fotagrafías muchos de las nuevas generaciones (creo yo), lo agradecerían. "Aquel Cruz Grande", ha rescatado mucha historia gráfica y aunque esta es tomada de una página de facebook, lo hacemos con gusto. Ojalá y les agrade.

1970 .
A partir este año hubo una total bonanza para los comerciantes y acaparadores de flor de hibisco, mejor conocida como jamaica. Aquellos campos tenían un hermoso y contrastante paisaje; el monte de verdura era agradablemente "contaminado" por el intenso rojo de la flor de jamaica. 
En esos años, la jamaica guerrerense de la costa chica alcanzó el primer lugar en la preferencia del mercado nacional. La generosa acidez del producto nacido en la costa chica era preferida por las grandes compañías procesadoras de alimentos de Mèxico y el resto del mundo.
Grupo Aroquim, Fritche &Dodge, Reymer and Reymer, etc, se disputaban la materia prima guerrerense.
 
Entre los agricultores de nuestra región, también se priorizaba el cultivo de la jamaica pues aun resultando laborioso, el producto una vez cosechado alcanzaba un valor realmente satisfactorio para el productor. Los precios de la jamaica estaban muy por encima de cualquier otra fruta o semilla. Muy pronto, todos los campesinos y agricultores se dedicaron a exclusivamente a la siembra de la flor de hibisco. El resultado fue el de siempre: la oferta superó a la demanda; el mercado nacional pronto se vio saturado y el golpe final al boom jamaiquero guerrerense se los dio la invasión de otras variedades de jamaica como la tailandesa cuyo costo era cinco o seis veces inferior al producto nacional.

Los grandes comerciantes y acaparadores de jamaica de San Luis Acatlán, Ayutla, Cuautepec y sobretodo de la llamada “Flor de la Jamaica” Teconapa, a principios de 1981, como siempre llenaron sus bodegas para poder especular meses después con el precio del producto al que veían aumentar su valor,  obteniendo ganancias fantásticas. Pero al llegar el mes de agosto tuvieron una sorpresa desagradable, las bodegas de La Merced estaban saturadas de jamaica y nadie deseaba un sólo gramo de ese producto. Los precios habrían caído estrepitosamente y los que siempre se habían beneficiado del almacenamiento corrían el serio peligro de perder buena parte de sus fortunas.

Estos personajes famosos en sus lugares de origen como eran los Ramírez en Tecoanapa, Nicolás Luna en Ayutla y Aníbal Huerta en San Luis Acatlán, fueron personalmente a la capital y otros lugares de la República a ofertar su producto con la esperanza del poderla colocar por lo menos a un precio que les garantizara no perder su capital. Al constatar que estaban al borde la quiebra, regresaron a sus localidades con la esperanza perdida, solo un milagro podía salvarlos de la ruina económica.
Doña Rufiniana Rodriguez, estaba al tanto de la situación . Con un don natural para hacer negocios de la nada, convenció a los viejos caciques de que le entregaran su jamaica a crèdito con un plazo de un mes y se comprometía a colocarla en el mercado nacional.

Los “viejos lobos de mar” estaban atrapados, no les quedaba otra mas que “rifarsela” con doña Rufi y con dolor de su corazón confiaron y esperaron el milagro de recuperar su inversión.  

Con el entusiasmo y la fe por delante, doña Rufi, me ordenó que le acompañara a ofrecer la jamaica en el mercado de La Merced.
Íbamos local por local, tratando de encontrar cliente a 60 toneladas de flor de hibisco. Ni Luis Arias, viejo magnate de "La Merced" ni ningún comprador de semillas y de jamaica querían saber nada de ese producto. Cuando todo parecía sin solución, uno de los operadores de trailers que trabajaban con doña Rufi, ya en el DF, enterado de que no podìamos encontrar cliente, dijo a mi madre.
-Doña Rufi, ¿Porque no la lleva a los Ángeles, California? Allá seguro la vende y a muy buen precio...Si quiere, aquí traigo el teléfono de Don José Fonseca, el seguro que se la compra.

"FONSECA FOODS"

-Si, Claro ...-se escuchó al otro lado de la línea telefónica-, usted tráigase la jamaica a Tijuana y yo me encargo del resto. Yo se la compro...

Sin conocer nada de exportación de productos ni nada por el estilo, mi madre ordenó a aquel operador del trailer se pusiera en camino a Tijuana, mientras ella viajó a Cruz Grande por recomendaciones bancarias y documentos para tramitar el pasaporte y el visado. Todo en aquellos años era relativamente màs fàcil.

Fuimos a relaciones exteriores y en dos horas por sólo 50 pesos obtuvimos el pasaporte. Al día siguiente nos despertamos a las 5 de la mañana para ir a la embajada. Llegar temprano nos significó poder pasar a entrevista a las 8 de la mañana, siendo de los primeros solicitantes.
Quien nos entrevistó, me preguntó.
-¿Y usted a qué va?
Le expliqué que mi madre necesitaba de mi compañía pues tenia poca instrucción académica , etc.
Nos citaron por la tarde para recoger el pasaporte y visado. Llegamos puntual y observamos la alegría de unos y el desencanto de otros que nos precedieron en la solicitud de visa para ingresar a los Estados Unidos.

Al recoger el documento y revisar si tenia el sello de la visa, vimos que a mi madre le había sido otorgada por tres meses y a mi por 15 días. Nos trasladamos al aeropuerto para comprar los boletos de avión con destino a Tijuana, Baja California. 

Era la primera vez que subía a un avión y no era por placer, en realidad era por apoyar a Doña Rufi en aquella aventura comercial. 
Llegamos a la frontera y ahí a los dos días de haber llegado,hizo su aparición Jose Fonseca. Un hombre de baja estatura , bigotón y regordete que tenia años en Los Ángeles, dominaba el mercado de frutas, semillas y verduras de la Seven Street.
Todo parecía bueno para nosotros, aquel empresario nacido en Arandas Jalisco, era simpático y hasta hospitalario; nos llevó a su casa. Solo estábamos  esperando la llegada del trailer con 30 toneladas de jamaica que llegó al dìa siguiente.

-Yo no le puedo pagar a ese precio, busque en todo el mercado de la seven street; no tengo ningún inconveniente si la vende por otro lado. Fonseca era quien ponía los precios en esa área de Los Ángeles y sabia que nadie nos compraría la jamaica al precio que nos había prometido.
Fuimos a ofrecer nuestro producto local por local, era lo mismo, nadie podía comprar tal volumen ni podía ofrecer precio.
Eran las seis de la tarde en Los Ángeles y mi madre y yo, caminábamos tristes por las calles cercanas al Dodger Stadium.
Al sentarse en una banqueta Doña Rufi se puso a llorar yo no tenia la mínima idea de qué hacer y solo atine a sentarme a llorar junto a ella.

-¿Oigan ...a ustedes los conozco!, ¿No son ustedes los vienen de México y le trajeron jamaica a mi hermano José?
-Si, si señor somos nosotros...
-¿Y qué les pasó? ¿Porqué lloran? Miren aquí cerca esta mi casa, vamos los invito, ¿ya comieron?
-No señor, ni hambre tenemos...
-Pero vamos a mi casa y ahí me cuentan que les pasó.

-¡Oye cabrón! Aquí esta conmigo Doña Rufi y su hijo. No chingues, debes hacerte responsable y respetar tu palabra. ¡Le vas a pagar su jamaica tal y como habías convenido con ella!

José Fonseca respetaba mucho las ordenes de su hermano mayor y le pidió que le pasaran el teléfono a mi madre.
-Ya no se preocupe, esta bien, cuando llegue a la casa hacemos cuentas...
El apetito nos vino por arte de magia y aceptamos con regocijo la comida que nos ofreció aquel buen hombre.

-Le voy respetar el precio pero usted me va a dar  un plazo de 90 días para pagarle. Le voy a dar tres cheques fechados...

Ese fue uno de los grandes negocios de doña Rufi y el principio de mejores transacciones comerciales de exportación de flor hibisco. 
Antes de regresar a México, compramos en la Brodway cualquier cantidad de fayuca. Equipos de sonido y televisores de color que en México era difícil de conseguir.
Al llegar a México, mi madre pudo pagar a quienes le habían confiado su jamaica. Estaban asombrados y doña Rufi se ganó el reconocimiento de todos “los viejos lobos”.

Continuará.

domingo, 3 de marzo de 2019

ASÍ ERA AQUEL CRUZ GRANDE...AUTÉNTICA CRÓNICA DE NUESTRO PUEBLO.

Día de playa en "La Bocana"...

Cruz Grande de mis amores, 
tu de fiesta siempre estás, 
entre sueños y quimeras, 
eres fuente de alegría 
que nunca te agotarás.

(Carlos Manzo Ramírez)


La década de los años sesenta no representó cambios significativos en el paisaje del pueblo.
Las ferias ya se efectuaban en la calle principal: desde la plaza, hasta el local que conocemos como "la ganadera" en la calle Álvaro Obregón. En mayo el pueblo se alegraba con los festejos interminables propios de este mes, pero especialmente los días tres, (de la santa cruz) y diez (el día de las madres).

En los puestos de la feria se ofertaban los regalos para la "reina de la casa". Estos presentes por lo general eran utensilios de cocina, platos, tazas, jarras con vasos de aluminio o plástico, envueltas en papel celofán.

Los puestos de telas lucían las piezas de diferentes clases con colores y estampados llamativos. También, se encontraban vendedores de ropa hecha y zapatos, cuyo "surtido" era el atractivo principal. 

De tal suerte se aprovechaba la feria, -ya que para la mayoría no era común visitar el puerto para adquirir prendas de vestir fabricadas, como lo hacían los pudientes de Aquel Cruz Grande-, que preferían el almacén de ropa y calzado "más chic" de aquellos años: "Las Novedades de Vicente". 

La publicidad de esta famosa tienda se escuchaba insistente en la RCN de Acapulco de esta manera,  -sobretodo a la hora de la novela de Porfirio Cadena "el ojo de vidrio"-: 

-¿A donde va la gente?
-¡A las Novedades de Vicente!
-¿Donde?
-¡En Melchor Ocampo y Mina! , ¡La esquina que domina!

Pero el grueso de Aquel Cruz Grande, esperaba la feria de Mayo y en la cosecha de ajonjolí, la bajada del tamaríndo, la pizca de la jamaica o el corte de cocotero, se fincaban las esperanzas de poder "ajuerearse". 
Así pues, era costumbre estrenar ropa en este periodo en que se desarrollaba las feria. Una promesa recurrente de padres a hijos era: "Te voy a mercar dos mudas, para que estrenes ahora en la fiesta". 

También dentro de la tradicional feria de mayo. Los caballeros de Aquel Cruz Grande, esperaban la llegada de este mes ya que Don Felix Alarcón -tío de quién escribe-, llegaba con sus máquinas Singer desde San Marcos. Él se hacía acompañar por otros tres sastres, (entre ellos a quien más recuerdo es a Fabela, agradable y simpático personaje que se hizo popular entre los cruceños por su carácter dicharachero). Estos sastres sanmarqueños eran verdaderos maestros para la confección de pantalones. Mi tío Félix era uno de los más reconocidos de la costa chica y al llegar a Aquel Cruz Grande se instalaba en mi casa, bajo una fresca enramada. 

Los cuatro sastres con su cinta métrica al cuello, trabajaban incansables desde las 9 de la mañana. La varonil clientela aprovechaba al máximo para surtir su guardarropa, escogiendo los finos cortes de casimir entre otras telas en variados y elegantes colores que Félix, ponía a sus órdenes. Después de escoger la tela, procedían a tomarse las medidas de cintura, cadera, "tiro", muslo, rodilla , y largo. Era una bonita estampa de Aquel Cruz Grande que mi mente no podré olvidar. Mi tío Felix, tenía tal éxito con su sastrería, que se quedaba desde el mes de mayo hasta finales de Julio pues  también era solicitado para fabricar pantalones para las fiestas de clausura de las escuelas primarias. 

Los parroquianos también se podía adquirir ropa hecha -las camisas Medalla y pantalones Gacela, eran las marcas más prestigiadas, por ser sanforizadas*-. Para buscar telas más finas, acudían a establecimientos de "más caché" en Aquel Cruz Grande. Una de ellas era sin duda del popular Güero Jaimes quién tenía su almacén y domicilio ahí donde ahora está una mueblería. Era el güero quien gozaba de las preferencias de la clientela cruceña junto a don Daniel Reynoso. Curiosamente los dos vendedores de ropa y telas, tenían peleterías que también elaboraban las famosas "barras de hielo". (Aquellos bloques de agua congelada eran indispensables en los festejos y fiestas en general). 
Los chiquillos de Aquel Cruz Grande, esperábamos cualquier descuido de quién cuidaba "el hielo" cubierto por los residuos de madera (viruta) para que "no se fuera"; tomando un trozo de hielo para morderlo y disfrutar el líquido.

¡Vamos al mar!
Esa era la expresión que Aquel Cruz Grande utilizaba para ir a pasar un día a la playa.
Aquellos años la playa más conocida y más visitada por los cruceños era "El Cerro del Coacoyul" hoy renombrada como Playa Ventura, aunque también era preferida "Rayito de luna" del municipio de Juchitán.

Aquellas eran verdaderas expediciones y toda una aventura. El acceso a los balnearios sólo se podía lograr en camiones o camionetas ya que ningún camino estaba pavimentado como actualmente se conocen. Pensar en servicios de restaurantes o simples enramadas que ofrecieran alimentos y bebidas era una fantasía.

Las familias ricas de Aquel Cruz Grande organizaban el paseo, e invitaban a lo más granado de la sociedad de aquellos años. Por supuesto que desde un día antes, se preparaba la comida para llevar a la playa. Generalmente el "menú" no tenía mucho que ver con la "carta" que hoy se disfruta en las diferentes playas de nuestra costa. Nadie imaginaba un pescado a la talla, ceviche o camarones al gusto. Desde la casa se llevaba arroz guisado, mole, etc. Aquellos afortunados que eran invitados sabían que tenían que llevar sus propios alimentos y para no batallar tanto, acudían a la tienda a comprar latas de sardina entomatada, galletas saladitas y los infaltables chiles serranos o jalapeños en lata.

El teléfono y las comunicaciones estaban apenas en "pañales". Era difícil tener contacto con el mundo exterior y la radio era el medio por el cual se conocían las noticias más importantes de México y el resto del mundo. La televisión era un aparato desconocido que a pesar de que solamente estaba en la casa de tres personas en  Aquel Cruz Grande, (Miguel Jacinto, y los doctores Rogelio Bonilla y Juan Ramírez), no inquietaba en lo mínimo (no poseerlo) al resto de la población. 
Aquel Cruz Grande disfrutaba aún la programación de la radio de Acapulco con las novelas de Porfirio Cadena, Kalimán y "Cumbres Borrascosas" en el día. En las noches estrelladas de aquel pueblo quieto, se escuchaban divertidos, (desde la capital de la república) los programas de concurso como "El Risámetro" y "El Cochinito" de Pépe Ruiz Vélez, así como la reina de las telenovelas de esa época "Chucho el Roto" a través de la XEW.

Para recibir o hacer una llamada telefónica, era necesario ir a solicitar "una conferencia" a la caseta de Teléfonos de México que se ubicaba en la casa del señor Carlos Manzo. El éxito de la comunicación dependía en mucho de la condición de "las líneas" o de poder encontrar en su domicilio a quién se pretendía contactar. Un buen número de personas acudían diariamente a la caseta, y hasta por tres días se les veía de las ocho a las siete, esperando pacientemente poder comunicarse, muchas veces sin éxito.

Una estampa mañanera de Aquel Cruz Grande que se me viene a la mente con frecuencia, cuando se me antoja tomar un vaso de leche; es aquella de las vendedoras de ese lácteo precisamente en el mismo corredor de la caseta de Teléfonos de México en Aquel Cruz Grande. Cinco o seis personas con sendos "picheles" de cuarenta litros (cada uno), ofrecían (aunque "bautizada") auténtica leche fresca de vaca. Muy temprano las amas de casa con sus jarras y recipientes, esperaban a doña Artemia (Tema) y a las demás personas que vendían el producto. 
Sí...Así era Aquel Cruz Grande...

*Tela Sanforizada” (se podía lavar la ropa una y otra vez sin que encogiera).