I.- "EL DEDO DEL TIGRE".
Los aspirantes a la presidencia municipal de Azoyú, estaban citados al día siguiente en Chilpancingo. Rubén Figueroa Figueroa gobernador del estado, activaría el dedo índice y nombraría cómodamente desde su despacho, al candidato oficial del PRI -quién por ende sería el futuro Alcalde-.
Con una civilidad política inusual, todos los aspirantes a "candidatos" a presidente municipal de Azoyú, acordaron viajar juntos y solicitar los servicios de Chicho Estrada que tenía su camioneta de servicio mixto; la cual podía ser habilitada para transportar a los contendientes a la capital de estado.
Al llegar a Chilpancingo Chicho fue invitado a acompañar a la numerosa delegación que iba a ser recibida por el famoso personaje de Huitzuco. Él prefería quedarse checando algún detalle a su camioneta. Quiso negarse, pero ante la insistencia de todos los aspirantes a regañadientes aceptó resignado.
El gobernador se regodeó en el sillón y con un habanero entre los dientes, su fría mirada escudriñaba a cada uno de los aspirantes a la presidencia de Azoyú. Había que actuar rápidamente y nombrar a su próximo alcalde; numerosas delegaciones de otros municipios hacían antesala esperando ser recibidos. Rubén Figueroa no vio entre los presentes a ninguno que le llenara el ojo. Volvió a a recorrer el amplio despacho de derecha a izquierda. Los rostros de los aspirantes sudaban ante la angustia de querer ser apuntados por el dedo del Tigre. La mirada felina del gobernador se detuvo ante uno de los azoyutecos que extrañamente, recargado contra una columna del edificio, con los brazos cruzados no denotaba nerviosismo.
-¿Y tu qué?- le preguntó el gobernador-
Chicho sintió que Rubén Figueroa le iba a cuestionar su presencia y nervioso atinó a contestar.
-¿Yo señor?
-Si, tu claro, tu ¿quién éres?
-Yo sólo soy el chofer que transporta a los candidatos señor gobernador...
-¡Qué cómo te llamas cabrón!
-Narciso Estrada para servirle señor gobernador...
-¿Qué es para ti, Ernesto Estrada?
-Era mi padre señor.
-Bueno...-dijo el Tigre de Huitzuco haciendo una pausa que puso más dramatismo al momento-.
¡Tu éres el candidato del PRI a la presidencia de Azoyú!
La designación estaba hecha y era palabra que no admitía réplica. Quien había partido de Azoyú como chofer de los aspirantes a la presidencia municipal regresó a su pueblo ungido como futuro presidente municipal. Chicho gobernó a Azoyú a mediados de los años 70 y es célebre aquella ocurrente respuesta a quién le espetó no haber hecho ninguna obra cuando contestaba: ¡Abrón! Ve a ver a mi casa a ver si no hice nada!
II.- UN CÁNDIDO CANDIDATO.
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Alejandro Cervantes Delgado. |
A principios de los 80, el dedo del gobernador seguía siendo la varita mágica que decidía los destinos de los pueblos de Guerrero. La RCN de Acapulco en su noticiero vespertino dio el boletín informativo que daba conocer a los candidatos del PRI a las presidencias municipales del estado.
Por Florencio Villarreal José de Jesús Gatica había sido nombrado y todos los lugareños ya lo consideraban el futuro presidente municipal de Cruz Grande. Sin embargo faltaba una audiencia que otros dos aspirantes inconformes habían solicitado con con el gobernador Alejandro Cervantes Delgado. Extrañamente el gobernador les concedió el derecho a réplica, dado que su palabra no se discutía.
Una vez en el despacho del gobernador Cervantes quiso abreviar el trámite y llamó a los tres aspirantes para hacer un procedimiento más democrático.
-Vamos a ver, usted, doctor- le preguntó a José de Jesús- ¿Usted por quién vota de ustedes tres?
-El médico sintiendo la seguridad de haber sido nombrado candidato en la radio oficialmente, creyó que sólo era una píldora dorada que el gobernador le estaba dando a sus adversarios. Vio de reojo a Don Mariano Calleja Soriano+ y con cierto desdén contestó señalándolo por encima del hombro:
-Por él..-
-¿Y tu Mariano, por quién votas?
-¡Pues por mi, señor gobernador!
Bueno dijo Cervantes Delgado, pues como tu tienes dos votos y ellos ninguno, tu ganas. Eres el candidato del PRI.
Fue de esa manera cómo Don Mariano Calleja Soriano+ fue el segundo presidente municipal emanado de la legendaria -y desaparecida- Asociación Estudiantil Cruceña. El primero fue Florencio Felipe Solano.
¿HA CAMBIADO LA POLÍTICA CRUCEÑA?
De aquellos años en que el dedo del gobernador designaba a los presidentes municipales ha pasado ya "mucha agua debajo del puente". En Aquel Cruz Grande la presidencia municipal fue monopolizada por caciques y clanes familiares. Es así como en la década de los 50 y 60 Cayo Mejía o los Gallardo designaban a los presidentes. También era garantía de triunfo recibir la bendición de Don Felipe Gatica+ o Don Moisés Manzanarez+ personajes influyentes que se codeaban con los gobernadores e influían rotundamente para que se nombrara al futuro presidente municipal. Recibir el padrinazgo de estos personajes era automáticamente ungirse como alcalde.
LA POLÍTICA HOY.
Los grupúsculos que controlan el poder, manejan otras tácticas para hacerse con la presidencia municipal. Sigue siendo un clán familiar el que manipula la máxima silla municipal; pero ya influye una vieja y colmilluda estructura política la que dirime a quién se le va a apoyar echándo a a andar la maquinaria electorera. Hoy en día los candidatos compran con antelación el voto de una clientela política cada vez más hambrienta y cara. Los aspirantes basan su éxito electoral en un mal llamado trabajo que se entiende al convertirse en padrinos de bodas, quince años, bautizos, etc. El futuro presidente debe ser un bebedor contumaz y aparecer en todos los eventos sociales "para darse a conocer" invitando los cartones de cerveza y convivir con el pueblo. Por su parte la clientela política se ha convertido en un abismo donde se arrojan beneficios superfluos que no son garante de voto seguro, ya que si llega una buena oferta monetaria una noche antes de los comicios; el apoyo o dádiva recibida con anterioridad corre el riesgo de ser olvidada. Me quedo con una frase que hace poco uno de los aspirantes me dijo: "Los políticos de Cruz Grande pensamos que el pueblo es pendejo; y yo creo que es tiempo de que veamos que los pendejos somos nosotros..."
(Cheo Juárez)