Todos los años estrenaba "una muda" y según Chema quién vendía la mejor ropa en la feria era Emilio De la Rosa el popular cruceño-sanmarqueño Siete Veintes.
Casi era el tres de mayo y todos los puestos de la feria estaban instalados menos Emilio que no llegaba. José María tuvo que buscar en los puestos de ropa que estaban, una camisa fina...de 500 pesos. Pasó por varios stands y preguntaba cuando le gustaba una prenda.
-¿Oiga amigo, qué bonita camisa, es fina?
-¡Claro paisano, es pura calidad, pruébesela sin compromiso!
-Me gusta -dijo el lagunero-, ¿cuánto cuesta?
José no decía nada y se alejaba dándole las gracias al vendedor, -"esa camisa es bonita pero no es de a 500" voy a esperar otro día a ver si llega Siete Veintes".
Efectivamente el mero tres de mayo llegó Emilio y se instaló con su puesto de ropa. Al verlo José María lo saludó entusiasmado.
-¡Nito, qué bueno que llegaste, te he estado esperando, he buscado camisas de a 500 y no las encontré!, ¿tu sí traes verdad nito!
-Claro Chema... ¡tu ya sabes...traigo camisas finas de a 500 pesos!
Chema sonrió complacido, Siete Veintes no le falló.
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