Si. Realmente en aquellos años, era difícil ganarle una sola elección al PRI.
Aquellos que osábamos manifestarnos inconformes con los abusos de todo tipo que el gobierno le hacía -y le sigue-, haciéndo al pueblo, corríamos la suerte de desaparecer de la noche a la mañana. Por lo anterior las cosas se debían de tomar con resignación. Escuchaba a mis mayores y a "los que sabían", decir, "al gobierno nadie le gana".
Aquellos que osábamos manifestarnos inconformes con los abusos de todo tipo que el gobierno le hacía -y le sigue-, haciéndo al pueblo, corríamos la suerte de desaparecer de la noche a la mañana. Por lo anterior las cosas se debían de tomar con resignación. Escuchaba a mis mayores y a "los que sabían", decir, "al gobierno nadie le gana".
César Abelardo Ramírez Ramos, llegó a Aquel Cruz Grande para realizar su servicio social, era un incipiente médico michoacano, purépecha de corazón. El amor lo esperaba en nuestro pueblo y aquí se casó con Leticia García Casarrubias. Los negocios iban muy bien para la exitosa pareja y el médico pronto se ganó entre la gente del pueblo la fama de "buen doctor". César aprovechaba su cercanía a la gente, a la clientela le daba un buen servicio y de paso en sus ratos libres promovía el fútbol, patrocinando a su equipo Torino´s Yolessen. Farmacia, Consultorio Médico y tienda de deportes eran exitosos.
El año de 1988 el país aclamaba a Cuauhtémoc Cárdenas y el ingeniero recorrió México completamente, haciendo campaña como candidato a la presidencia de la república por el PARM.
El ex-gobernador michoacano se había visto relegado por el PRI y sabiendo el descontento general y que México entero casi, casi lo postulaba; se lanzó a la aventura de retar a la dictadura perfecta que Mario Vargas Llosa criticaba desde la tierra inca.
Todo mexicano medianamente enterado sabe en qué terminó ese gigantesco fraude en el que Manuel Bartlett jugó el papel más triste, sólo comparado con las ventas de Santa Anna. Al consumarse el robo más grande a la voluntad de los mexicanos, Cárdenas y Muñoz Ledo crearon un nuevo partido, ese partido con el logo del sol azteca, fue una nueva esperanza par todos los mexicanos.
Todo mexicano medianamente enterado sabe en qué terminó ese gigantesco fraude en el que Manuel Bartlett jugó el papel más triste, sólo comparado con las ventas de Santa Anna. Al consumarse el robo más grande a la voluntad de los mexicanos, Cárdenas y Muñoz Ledo crearon un nuevo partido, ese partido con el logo del sol azteca, fue una nueva esperanza par todos los mexicanos.
Batlett Díaz y su muñeco diabólico. |
Rápidamente el iniciador de la lucha perredista en Cruz Grande, César Ramirez Ramos fundó el PRD municipal y en honor a la verdad quiénes simpatizábamos con él, sufríamos la burla de la clase priista que desde los corredores de sus casas nos veían pasar desfilando y gritando consignas contra el PRI.
Nuestro pueblo sabe y reconoce a quiénes no les importó que la gente los tomara como "locos". Entre esa gente que luchó por forjar en Cruz Grande un partido de personas de todas las clases que querían justicia y democracia podemos señalar sin duda a Joaquín Ignacio, Nicolás Pérez, entre otros que omitimos por olvido pero que igualmente se la rifaron por Aquel Cruz Grande. El partido del sol azteca, tenía la simpatía de mucha gente, fuimos testigos como en aquel plantón se recibieron dotaciones de arroz, frijol, azúcar y básicos, de los tenderos como Jorge Calderón " Güero Licha" y muchos más.
Para nada en esos momentos vimos a la gente rica de Aquel Cruz Grande apoyar a "los locos", como llamaban a los perredistas. Si, (nadie puede decir lo contrario), la sociedad y los caciques del pueblo eran priistas, todos, y en esa gente, (no tengo ningún empacho) en aceptar que también mi familia -excepto yo-, lo eran. La mayoría de estas personas siempre vivieron de la política y en esos momentos simpatizar con el PRD, no les significaba ningún beneficio. Al paso de los años y cristalizado el esfuerzo y la sangre derramada por aquellos perredistas de verdad, aquellos que se burlaban , se fueron mutando descaradamente y en estos momentos son los actuales perredistas, que aprovechan al máximo los programas de beneficio social.
De aquella gente como el padre del perredismo villarrealense don César Abelardo, no hay uno sólo que esté dentro de las huestes del ayuntamiento. Ya nadie recuerda aquellos duros años en que a golpe de talón, desfilaron por la carretera y las calles de Aquel Cruz Grande protestando los robos de votos y urnas por parte del PRI. Son pocos los que se saben que aquellos perredistas ganaban las elecciones convenciendo al pueblo, sin darle a cambio una despensa o un billete por sufragar a favor de aquel partido que fue golpeado y asesinado por el PRI y que ahora en las cámaras se suma a las reformas y gasolinazos, olvidando sus orígenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario