"Aquel Cruz Grande" (D.R.) 2015.

IDEA,DISEÑO,IMÁGENES, TEXTOS Y REALIZACIÓN:
ELISEO JUÁREZ RODRÍGUEZ.
*Queda prohibida cualquier reproducción total o parcial, del material escrito o gráfico, sin el consentimiento de su editor.
*Derechos Registrados (2015). protegidos a favor del autor.

martes, 26 de enero de 2016

AQUEL CRUZ GRANDE...

A esa que las ves ahí dando tumbos 
con borrachos, con ilusos 
hasta el alma le entregue 
a esa que hoy se enreda con cualquiera 
yo le di mi vida entera y hoy se la daría otra vez...

A esa.
José José.

*ISELA.
 


"El Salón Orizaba" era el bar de "Aquel Cruz Grande", se encontraba en pleno centro del poblado justo en  la esquina de la calle Cuauhtémoc y Álvaro Obregón. En el corredor del Salón, jugaban dominó los principales de aquellos ayeres, mientras las rondas de cerveza se sucedían una tras otra. 

Era un crío de doce años y mis sentidos despertaban quizá prematuramente. Al pasar frente al bar, no resistía la tentación de ver a las meseras que atendían a los parroquianos. Eran dos mujeres jóvenes que con faldas extremadamente cortas, mostraban sus encantos. Sus torneadas piernas me hacían volar la imaginación de algo que no conocía. Una de esa mujeres me deslumbraba por su encantadora belleza. Su hermoso pelo de "principesa", negro y brillante , su bello rostro, una cintura breve, enigmáticos ojos negros, una boca sensual y una dentadura perfecta y blanca que lucían cada vez que coqueta sonreía ante la clientela. 

Si, era bella y sin embargo estaba en ese lugar inexplicablemente. Quién la conoció sabe que no exagero, que quizá me quedó corto ante la descripción de su hermosura. Ella era Isela.

Mis ojos infantiles la admiraban y era placer y tormento verla desde la cerca de madera del corredor del bar. Al tenerla a corta distancia, generalmente mi vista quedaba a la altura de sus imponentes caderas. Verla servir las rondas e inclinarse para limpiar la mesa, era motivo para esperar pacientemente y disfrutar del sexo incorpóreo.

Con entusiasmo junté cinco pesos de aquellos, -unas grandes monedas, que para los niños de aquel entonces era toda una fortuna-. Una tarde pasé decidido a hablarle a Isela. Casi no había clientela, sólo cuatro hombres jugaban cacharro en una esquina del antro.

Con una mezcla de temor y de emoción me acerqué a aquel cuerpo espectacular de aquella hermosa mujer, y estirando la mano le oferté la moneda de cinco pesos.
Todavía recuerdo como un lejano eco, la voz de "Cuello"; cuando si dejar de ver los dados que rodaban en el centro de la mesa, con un cigarro entre los dientes, masculló:

Órela Isela, chíngate ese pollito!

Nunca voy a olvidar aquella tierna caricia que me prodigó, acariciándome la barbilla.
-No hijo, tu aún estás muy chiquito...
Me devolvió la moneda, poniéndola sobre mi mano y cerrándola junto con las suyas... 

*Los nombres de los protagonistas han sido cambiados.. 

lunes, 25 de enero de 2016



"LA OSA".





"Mary es mi amor, 
sólo con ella vivo la felicidad.
yo se que nunca a nadie más podría amar, 
porque la quiero de verdad". 

"Mary" Leopoldo Dante.
(Leo Dan)


En "Aquel Cruz Grande" una de las diversiones favoritas de los chiquillos era "irse de pinta" a bañarse a "La Poza", un almacenamiento natural de aguas de lluvia que se formaba en las orillas del norte del poblado a la altura de donde hoy se ubican los terrenos del CBTA y de la colonia Francisco Villa

En los meses de Septiembre las aguas de "La Poza" todavía conservaba buen nivel y  a pesar de que la gente mayor utilizaba esa zona para tirar basura y animales muertos, el agua de "La Osa" -como solíamos llamarle los chiquillos en clave frente a nuestros padres- estaban aparentemente cristalinas. Nunca supimos que alguno de los que íbamos a nadar en "esa alberca", se enfermara o tuviera algún tipo de infección.

-¡A "La Osa"...!- Corríamos gritando como locos, una parvada de chiquillos y una vez ya en nuestra "piscina" jugábamos divertidas competencias otros; simplemente se sumergían para refrescarse y al salir a la superficie "hacían buches" con aquellas aguas de dudosa calidad.

Lo chusco de aquellas escapadas era cuando el papá o la mamá de alguno de los nadadores, llegaban con el cinturón o la cuarta a sacarlos de aquel gran charco de agua. En algunas ocasiones me tocó ver como alguno de los sorprendidos salía de la alberca corriendo directo a su casa sin detenerse a vestirse dejando su ropa, ante la amenaza de recirbir la tunda correspondiente otros; con menos suerte, eran alcanzados por su progenitor que llegaba montado a caballo y sin miramiento alguno, frente a nosotros, les asestaban tremenda cueriza con el fuete de su corcel.



Arriba. Polo, Loya, García, "Cheo". Abajo (no me acuerdo), Samuel, Charly, Mario, Mario "Cheo", "Chivete", Raúl González Lira "Osa", Layo, "Brinco" y... (no me acuerdo).
Alguién sin gastarse mucho "los sesos" lo bautizó como "Osa", -un sobrenombre- que jamás se pudo quitar debido a que todos los chiquillos lo identificábamos con nuestro lugar favorito para ir a nadar.



Raúl Gonzalez "Osa" era admirado por nosotros porque sabía fumar y tenía novia, -una muchacha flaca y desgarbada-. Raúl se lucía frente a ella, cuando participaba cantando en "los viernes sociales" de la escuela, "Josefa O. De Domínguez" N. 2 imitando a Leo DanCompartía con Gabriel Bernal, el título de "los reyes de la alberca", -ellos aguantaban las inmersiones por tiempos que nos parecían eternos-. 


Los recuerdos de "La Osa" quedaron en la memoria de aquellos que hoy, llevan a sus nietos a balnearios y centros recreativos donde se divierten sanamente y los enseñan a nadar bajo las instrucciones de un entrenador, equipados con flotadores y barras de corcho.

viernes, 22 de enero de 2016

"EL VOLADO"...

"Piensa: que fuiste tu en mi vida, 
como una siempreviva que en mi triste huerto yo vi florecer,
toda la miel que en tu alma encontré;
no he de hallarla en ninguna mujer..."
"Siempreviva"
Hermanos Martínez Gil.



















"EL VOLADO"


Habían terminado de vender y comprar. El corto viaje Cruz Grande-Acapulco-Cruz Grande, resultó exitoso. La venta de la copra por las calles de Humboldt  a Don Amador Hinojosa y  todas las demás operaciones comerciales los había dejado satisfechos.

Casi eran las 8 de la noche, "La Perica",  (una ford verde F -350 modelo 1969), bajó a velocidad moderada por la salida de la carretera nacional México -Acapulco, doblando a la izquierda con rumbo a la Costa Chica.  Antes de enfilar el vehículo con destino a Cruz Grande, "El Greñas" viró el volante a su derecha; había que cargar combustible en la gasolinera de Las Cruces.

-¡Súbete a la redila pues!- le dijo Rey a un paisano de Pico del Monte, de mediana estatura al que conocía muy bien y que le había solicitado lo llevara al pueblo, aprovechando que "de casualidad" estaba esperando en la gasolinera, carro que lo llevara a Cruz Grande.

Don Canuto Flores, trató de acomodar su voluminoso cuerpo en aquella cabina y apoyó su brazo en la ventanilla de la puerta, en dos horas -pensó el exitoso comerciante y terrateniente, mientras inhalaba el humo de su habanero-; estaría en su casa descansando del viaje.


La camioneta verde se puso otra vez en marcha, ahora sí, con rumbo directo a Cruz Grande. El aire fresco penetraba con fuerza por  la ventanilla, conforme el chofer pisaba a fondo el acelerador; se hacía placentero el recorrido por la carretera. 

"El Greñas" aceleró, y la aguja del velocímetro marcó los 100 kilómetros por hora. Los árboles y palmeras pasaban rápidamente, como sombras lúgubres y siniestras que se recortaban a través de la estrellada noche del cálido trópico.

En el interior de la camioneta, Rey Carmona con una mano atrás del hombro de don Canuto, apoyada en el asiento de la cabina parecía abrazar a su socio mientras charlaba animadamente con él de futuros negocios, planes y proyectos. "El Greñas"  los escuchaba sin poner mucha atención, las risas y ocurrencias de Rey le sonaban como ecos; lejanas y distantes. Él  iba sumido en sus propias cavilaciones y sólo  pensaba en Maria,  la guapa y esbelta muchacha de piel acanelada con quien pensaba pasar la noche. "Después de todo no fue tan malo perder el volado con Alvis, -el otro chofer de Rey- para ver quién manejaba hoy la camioneta; tendré una lana extra para llegar a echarme unas frías y luego dormir con ella..."-pensó-.

Habían pasado "El Bejuco" cuando el cuarto pasajero tocó con fuerza la cabina para que el chofer y sus acompañantes lo escucharan. La aparente necesidad de sus funciones fisiológicas eran la razón de sus solicitud."La Perica" salió suávemente de la carretera y se orilló a la vera del camino para que aquel pasajero inesperado bajara a defecar. Todo sucedió rápidamente. Aquel hombre sacó de entre sus ropas, el arma de fuego con que daría muerte a los tres ocupantes de la cabina, uno de ellos totalmente inocente.

A la mañana siguiente, una de las dos calles principales del pueblo estaba convertida en una larga capilla ardiente. Tres hombres que eran vecinos se velaban a escasos metros, -uno del otro- en la calle Cuauhtémoc

La tristeza por la muerte de Rey Carmona se palpaba en el ambiente, el pueblo sentía la partida de "su muchacho alegre". En su casa; el  llanto resignado de la madre de "El Greñas" acompañaba el cuerpo de aquel joven que inocentemente  pagó un precio que no le tocaba liquidar.  Era el precio de las ambiciones y la lucha por el poder de "Aquel Cruz Grande"...

jueves, 21 de enero de 2016

AQUEL CRUZ GRANDE"





LOS AÑOS MARAVILLOSOS II

Las compañías refresqueras Coca-cola y Pepsi, tenían en aquellos años una cerrada competencia para obtener la preferencia del público debido a que en la década de los 60´s aún no llegaba la televisión a la mayor parte del territorio nacional. La publicidad y lanzamiento de los nuevos productos se hacía “directamente”  de los departamentos de promoción que las propias empresas tenían en sus organigramas; al público consumidor.

“Aquel Cruz Grande” no era la excepción y cuando llegaban los carros publicitarios a promocionar el lanzamiento de un nuevo refresco, el día se vestía de fiesta para todo el pueblo, especialmente para los chiquillos, que íbamos corriendo detrás del vehículo acompañándolo en su recorrido por las calles.

Recuerdo en especial el año de 1968, cuando la Coca-cola lanzó al mercado la famosa Fanta, en respuesta a la bebida gaseosa de naranja que estaba estrenando la Pepsi, y que se llamaba Mirinda.

Desde las nueve de la mañana se escuchaba la música de los altoparlantes de aquellos bonitos carros anunciando el nuevo refresco, ofreciendo la venta del líquido y regalando el envase. En la compra del nuevo producto, nos obsequiaban un boleto para participar en la rifa que se haría esa misma noche en la cancha municipal.

Aquellos eventos bien organizados, eran precedidos de una regia función de cine para todo el público y de verdad que se disfrutaba mucho pues los proyectores de cine que utilizaban los operadores de la promoción eran de primer nivel y puedo afirmar que hasta los comerciales que pasaban antes de la película, eran del agrado del respetable pues en aquellos años, los “maravillosos colores” eran toda una novedad.

A esas funciones de cine que al terminar culminaban con una rifa, asistía casi todo el pueblo, llevando desde su casa las sillas para observar cómodamente sentados el evento.
Al finalizar la proyección de la película –generalmente comedia ranchera- se procedía a la rifa de charolas, vasos, platos, manteles, pelotas, yoyos, juegos de dominó, naipes, etc.

Durante la proyección se podía seguir comprando el nuevo refresco y a cambio los niños recibían cuerdas para saltar y por supuesto más boletos para la rifa.
Era curioso que casi todo mundo salía contento al recibir un obsequio, dado que la mayor parte de los boletos obtenían premios.

Todo aquel dinero que las compañías refresqueras y cerveceras regresaban al consumidor de manera directa en aquellos años, hoy se lo llevan las cadenas de televisión y el consumidor jamás volvió a saber de las funciones de cine ni de las rifas de aquellos años maravillosos…

miércoles, 20 de enero de 2016

LO PRIMERO EN TODO...1965-1978.

Primer antojo.
"Mango con chile".
Primer golosina.
"Pinole".
Primera tiendita.
"Abarrotes Sagrado Corazón"
Primer refresco.
"Yoli de limón".
Primer refresco.  "Yoli". (30 centavos).
Primer medio de comunicación masiva (radio).
La estación favorita de "Aquel Cruz Grande".
R.C.N. de Acapulco.
Primer comercial de radio.
"Wences el loco de la cueva".
Primera pinta.
A bañarse a "la poza" y llegar a la casa con miedo de que se notara "el remojón".
Primera paletería.
La de Don Canuto Flores.+
Primer raspado.
Los "pabellones" de Don Fidencio Rendón.
Primera almacen de telas.
Güero Jaimes.
Primer Camionero.
Abraham García.+
Primer Chofer.
"Cuco".
Primera voz.
Octavio Molina Manzo. + "Capi".+
Primer maestro.
Chano Gatica.
Primera maestra.
Marciana Ramírez.+
Primeros ojos.
Rosa de Lima.+
Primer desayuno.
Tamales chocos con café negro.
Primer rancho.
"Los Manzanarez".
Primera Orquesta.
"Dios nunca muere".
Primera cerveza: Superior. (1 peso)
Primer trompetista.
"Cándido y su trompeta de oro"
Primer árbol.
Tamaríndo.
Primer doctor. 
Rogelio Bonilla.+
Primera enfermera.
Doña Guille.
Primera Farmacia. 
"Cruz Grande" del doctor Alejandro Magallón Cossio. -se ubicaba en la casa de don Canuto Flores en la Cuauhtémoc.
Primer guitarrista.
Galdino Carmona.
Primer Bailarín.
José "Chepo" Piza.
Primer relajo.
Con Marcos Delgado "Camarona".+
Primera televisión.
Don Miguel Jacinto.+
Primer Cine.
"Cine Íris".
Primer apodo.
"Vegija" de Playa Larga.
Primer corrido.
Corrido del 67 ("La coprera") de los Hermanos Molina (Lacos).
Primera cerveza.
Superior.
No tuve huerta de cocotero, pero al primer bajador de coco que conocí fue a Lidio.
Primer sastre
Félix Alarcón.+
Primer Molino.
"Doña Licha".+
Primer bajador de coco.
Lidio "Cabeza".
Primera Cantina.
"Salón Orizaba".
Primer salón de fiestas.
Salón "Carta Blanca".
Primer Párroco.
Víctor Fuentes Landa. +
Primer Sacristán.
"Layo".
Primera fonda.
"Doña Chave".
Primera Horchata.
"Ruffa".
Primer radiotécnico.
Tobías.+
Primer Pintor de Brocha Gorda.
Honorio "La Pintura". +
Primeros tamales de dulce.
"Tamales Heridos" de Doña Luisa Ramírez.+

"AQUEL CRUZ GRANDE"


En esta gráfica se aprecia la figura del famoso "Padre Francisco". Antecesor de Víctor Fuentes Landa.

PRIMEROS SABORES Y COLORES”   II.

Si yo volara igual que una paloma,
yo volaría en busca de un amor,
le pediría yo las nubes que me ayudaran un poco
y me dijeran por donde volabas tu...
Vuela Paloma”
Los Dandys”

En 1965, siendo un niño de 8 años, me maravillaban con los modestos productos que se podían adquirir y disfrutar en aquel símpatico mercadito ubicado en el centro de “Aquel Cruz Grande”.

Aquellos inolvidables aromas que mis sentidos captaban por primera vez, todavía me llenan los pulmones de nostalgia.
Disfrutar el olor de la mandarinas, tejocotes y manzanas.
Saborear los exquisitos e inolvidables dulces de papaya y toronja elaborados por Doña María Díaz; mientras leía un comic de Supermán  o  Walt Diysney. 

Me recuerdo recostado sobre el fresco techo de asbesto del mismo mercado, al cual los chiquillos nos trepábamos por el tamarindo que frondosamente le cubría. Este fresco árbol estaba frente a la casa de mi tio Abdón Ignacio. Con un suspiro que añora esos tiempos serenos y apacibles, vienen a mi memoria los rostros queridos e inolvidables de los primeros locatarios del mercado que yo conocí.
Esta gráfica es del año de 1972. En ese año el presidente Austroberto Gallardo Mejía, destruyó la cancha y taló los tamarindos, como se puede observar al momento que se tomó esta foto, los trabajos de destrucción apenas habían iniciado. Al fondo se puede ver el techo del mercadito y los niños observando el programa arriba de su techo de asbesto.
 
Las frutas y verduras eran ofrecidas por Doña Espíndola y mi tía Chucha Armenta que era apoyada por su esposo Paulo Vázquez y su hijo Fernando, (a quién apodábamos “El Pollo”), en ambos expendios se podían comprar - o alquilar mediante módicos 5 centavos-, las revistas y comic´s de actualidad en aquellos años, tales como “Lágrimas y Risas”, “Kalimán” , “Memín Pinguin”, etc.
En la entrada norte del mercadito –casi frente al templo-, se encontraba la venta de carnes rojas y ahí vi por vez primera a Doña Sofía González, Doña Ernestina Acevedo y Doña Irma Hernández entre otras personas que despachaban a la clientela de “Aquel Cruz Grande”.

Por la salida de la puerta sur del mercado, se accesaba sin complicaciones a la venta de pescado fresco que se hacía frente a lo que hoy es la tortillería de “El competidor”. A la salida de esa misma puerta del mercado, -a mano izquierda- ya se encontraba instalado el restaurante “Katy” –hoy “Elenita”- y en medio, un pozo artesiano que surtía de agua a todos los habitantes de la colonia y parte del pueblo.

También (en esa salida), a la derecha, se encontraba Doña Constanza Reachi + que vendía sus chorizos y chicharrones. Después se encontraba una galera que era tienda de abarrotes propiedad de la familia Calderón, del otro lado compartiendo esa galera se instalaron poco tiempo después “Doña Dúmila” con sus hijos “Cirilo” y su hermano a quién en la escuela apodábamos “Perra”, ese puesto después fue ocupado por Don Marcelo Pavón + con otro expendio de frutas y verduras.
 
En poco tiempo Don Marcelo, instalaría el primer puesto oficial de revistas y publicaciones. Rápidamente la gente de Aquel Cruz Grande, se acostumbró a leer magazines y periódicos cuyas apariciones eran esperadas con entusiasmo cada ocho días y -tengo muy presente-, el recuerdo del aroma del papel nuevo de las revistas que adquiría cada que llegaban los “nuevos números”. Unos meses después en ese establecimiento Don Manuel Basave instaló la primera peluquería profesional para caballeros que era atendida por don Sixto Pavón. Enseguida de esa peluquería la gente se refrescaba con la sodas de “El Retache”, un estanquillo bautizado así por Don Bartolo Rosales, que amablemente atendía Lupita Rafaela.

Aquel mercadito estaba rodeado de tamaríndos y en lo que hoy es el jardín estaba una cancha de Basquet-bol, y frente a esa cancha deportiva se encontraba una zapatería propiedad también de don Manuel Basave...


miércoles, 13 de enero de 2016

Mucha alegría de la mujeres en "las mojigangas"
¡Chúpele comadre!
"La feliz pareja"
Mamá de Liz...




Se quemaron "dos toritos dos"

Ni me hables compadre...ahorita no atiendo a nadie...
A sudar la lonja...


Los futuros esposos...

Ah qué chamaco más chupador...


Papito suegro ¿Gusta un mezcalito?



¡Quien dice que somos enojonas?

¡Pos ándale pues!


A la novia de las mojigangas se le adelantó su periodo...


Liz Poblete. Se nos casa...

Eh,eh,eh,eh....

Que cierren la calle ahorita voy a dar clases de baile...








Déjenmelo lo voy a montar.

¡Upa,upa,upa!