"Aquel Cruz Grande" (D.R.) 2015.

IDEA,DISEÑO,IMÁGENES, TEXTOS Y REALIZACIÓN:
ELISEO JUÁREZ RODRÍGUEZ.
*Queda prohibida cualquier reproducción total o parcial, del material escrito o gráfico, sin el consentimiento de su editor.
*Derechos Registrados (2015). protegidos a favor del autor.

miércoles, 20 de enero de 2016

"AQUEL CRUZ GRANDE"


En esta gráfica se aprecia la figura del famoso "Padre Francisco". Antecesor de Víctor Fuentes Landa.

PRIMEROS SABORES Y COLORES”   II.

Si yo volara igual que una paloma,
yo volaría en busca de un amor,
le pediría yo las nubes que me ayudaran un poco
y me dijeran por donde volabas tu...
Vuela Paloma”
Los Dandys”

En 1965, siendo un niño de 8 años, me maravillaban con los modestos productos que se podían adquirir y disfrutar en aquel símpatico mercadito ubicado en el centro de “Aquel Cruz Grande”.

Aquellos inolvidables aromas que mis sentidos captaban por primera vez, todavía me llenan los pulmones de nostalgia.
Disfrutar el olor de la mandarinas, tejocotes y manzanas.
Saborear los exquisitos e inolvidables dulces de papaya y toronja elaborados por Doña María Díaz; mientras leía un comic de Supermán  o  Walt Diysney. 

Me recuerdo recostado sobre el fresco techo de asbesto del mismo mercado, al cual los chiquillos nos trepábamos por el tamarindo que frondosamente le cubría. Este fresco árbol estaba frente a la casa de mi tio Abdón Ignacio. Con un suspiro que añora esos tiempos serenos y apacibles, vienen a mi memoria los rostros queridos e inolvidables de los primeros locatarios del mercado que yo conocí.
Esta gráfica es del año de 1972. En ese año el presidente Austroberto Gallardo Mejía, destruyó la cancha y taló los tamarindos, como se puede observar al momento que se tomó esta foto, los trabajos de destrucción apenas habían iniciado. Al fondo se puede ver el techo del mercadito y los niños observando el programa arriba de su techo de asbesto.
 
Las frutas y verduras eran ofrecidas por Doña Espíndola y mi tía Chucha Armenta que era apoyada por su esposo Paulo Vázquez y su hijo Fernando, (a quién apodábamos “El Pollo”), en ambos expendios se podían comprar - o alquilar mediante módicos 5 centavos-, las revistas y comic´s de actualidad en aquellos años, tales como “Lágrimas y Risas”, “Kalimán” , “Memín Pinguin”, etc.
En la entrada norte del mercadito –casi frente al templo-, se encontraba la venta de carnes rojas y ahí vi por vez primera a Doña Sofía González, Doña Ernestina Acevedo y Doña Irma Hernández entre otras personas que despachaban a la clientela de “Aquel Cruz Grande”.

Por la salida de la puerta sur del mercado, se accesaba sin complicaciones a la venta de pescado fresco que se hacía frente a lo que hoy es la tortillería de “El competidor”. A la salida de esa misma puerta del mercado, -a mano izquierda- ya se encontraba instalado el restaurante “Katy” –hoy “Elenita”- y en medio, un pozo artesiano que surtía de agua a todos los habitantes de la colonia y parte del pueblo.

También (en esa salida), a la derecha, se encontraba Doña Constanza Reachi + que vendía sus chorizos y chicharrones. Después se encontraba una galera que era tienda de abarrotes propiedad de la familia Calderón, del otro lado compartiendo esa galera se instalaron poco tiempo después “Doña Dúmila” con sus hijos “Cirilo” y su hermano a quién en la escuela apodábamos “Perra”, ese puesto después fue ocupado por Don Marcelo Pavón + con otro expendio de frutas y verduras.
 
En poco tiempo Don Marcelo, instalaría el primer puesto oficial de revistas y publicaciones. Rápidamente la gente de Aquel Cruz Grande, se acostumbró a leer magazines y periódicos cuyas apariciones eran esperadas con entusiasmo cada ocho días y -tengo muy presente-, el recuerdo del aroma del papel nuevo de las revistas que adquiría cada que llegaban los “nuevos números”. Unos meses después en ese establecimiento Don Manuel Basave instaló la primera peluquería profesional para caballeros que era atendida por don Sixto Pavón. Enseguida de esa peluquería la gente se refrescaba con la sodas de “El Retache”, un estanquillo bautizado así por Don Bartolo Rosales, que amablemente atendía Lupita Rafaela.

Aquel mercadito estaba rodeado de tamaríndos y en lo que hoy es el jardín estaba una cancha de Basquet-bol, y frente a esa cancha deportiva se encontraba una zapatería propiedad también de don Manuel Basave...


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