1.-URBANO SALADO.
De baja estatura tenía un resorte fuera de lo común y su remate de cabeza era letal. Disparaba fuerte con ambas piernas, veloz y de gran fortaleza física. Hábil en el regate, valiente y talentoso. Sigue en primerísimo lugar; no ha surgido otro como él. Su historia pudo ser diferente en el terreno profesional y debe servir de ejemplo para los jóvenes que sueñan con jugar profesionalmente. Urbano es el claro ejemplo de que no sólo se debe ser el mejor futbolista sino que también se debe de ser disciplinado y entregado a su profesión. Lo que en su momento hizo Urbano Salado en el mundo del futbol sólo lo hicieron las grandes figuras que como él, surgieron de aquel famoso torneo de los barrios del Distrito Federal, donde fue la figura en 1979, resultando campeón goleador y deslumbrando a los buscadores de talentos.
2.- JAHIR GATICA.
Otro que fue grande que no quiso llegar a la cima. Sin aparecer en el terreno profesional, Gatica fue a fe nuestra un delantero portentoso. De desgarbada figura, solía arrancar de la media cancha y su cambio de velocidad era sencillamente impresionante. Parecía caer al momento de recepcionar el balón pero giraba e irremediablemente iba a todo tren rumbo al área enemiga. Letal en todos su remates de pierna izquierda y derecha. Vivo, hábil y de gran salto y remate de cabeza. Simplemente prefirió disfrutar la vida a su modo y desdeñó la fama y la fortuna. Tal vez llegar a Toros Neza y encontrar a un delantero tan brillante con Nidelson de Mello Da Silva le hizo pensar que el futbol se podía combinar con los placeres de la vida. La carrera del brasileño terminó de manera lamentable, pero la del cruceño ni siquiera empezó cuando ya visoreado y en la "imaginaria", faltaba a los entrenamientos.
3.-MANOLO BASAVE MORENO.
Chaparrón, fuerte y letal en sus remates de cabeza. Definía con pasmosa frialdad dentro del área. El famoso "Coño" fue terror de las defensas de los años setentas. Un matón del área.
4. PEDRO DE LA ROSA.
Quién lo vio jugar sabe de lo que estoy hablando. Pedro anotaba de cabeza, de fuera del área, de donde fuera. La potencia de su disparo de derecha era destacada. El que marcaba a Pedro sabía que no podía darle respiro ni rendija. De la Rosa aprovechaba la mínima oportunidad para vacunar al rival.
(Cheo Juárez)
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