"Polilla" manejaba su camioneta de transporte mixto en la ruta Cruz Grande- Copala.
Al llegar al puente de San Francisco - en aquellos años, de un sólo carril-, una bella conductora imprudente, chocó contra su vehículo de pasajeros.
-¡Ya me desgraciaste la camioneta; mujer tenías que ser, yo no se cómo se atreven a manejar, si no saben!
La dama salió en evidente shock nervioso de su lujoso automóvil.
-Señor le ruego me disculpe yo tengo la culpa...
-¡No,no,no...! ¡Me vas a pagar la compostura y los días que voy a perder sin trabajar por tu culpa!
-Si...si...claro... -decía quedamente la hermosa dama.
-¡Mira, mira, mira, cómo me dejaste mi carro!- seguía gritando y manoteando Polilla, que no alcanzaba a escuchar a la gente que le advertía algo para que se callara cuando apareció atrás del lujoso carro negro, un comboy militar que escoltaba a la señora del coronel, comandante del 48 Batallón de infantería.
Al darse cuenta de con quién había chocado, Polilla, cambió rápidamente su discurso.
-¡Pero qué pendejo soy! ¡Cómo se me ocurrió chocar contigo mamacita, perdóname por ser tan menso!, ¡Mejor me hubiera ido de cara, con todo y camioneta al río!
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